El sector del taxi de Barcelona ha anunciado una nueva huelga para el próximo martes 18 de junio que paralizará el centro de Barcelona y, además, añade que será la primera parada «de un calendario con bloqueos de los cruceros, terminales del aeropuerto y estación de Sants». El taxi no prestará servicio el próximo martes desde las seis de la mañana hasta las seis de la tarde. Además, a partir de las 9 de la mañana los taxistas ocuparán la Gran Vía y lo paseo de Gracia y más tarde se desplazarán hasta la plaza Cataluña, donde celebrarán una «macroasamblea» para decidir las próximas acciones que llevarán a cabo. «Haremos una votación para saber hasta donde está dispuesto a llegar para acabar con todas las presiones que estamos sufriendo por parte de nuestras administraciones», concluye el comunicado conjunto de todas las asociaciones del sector al Área Metropolitana de Barcelona (AMB).
Además, el sector detalla que después de las votaciones irán andando con sus chalecos amarillos hacia la plaza de San Jaime y el Palau de la Generalitat con el objetivo que los reciba el alcalde de Barcelona y presidente de la AMB, Jaume Collboni; la teniente de alcalde y presidenta del IMET, Laia Bonet; y el máximo responsable de la Guardia Urbana, el señor Albert Batlle. También quieren reunirse con la consejera de Transportes y Movilidad, Esther Capella, y el consejero del Departamento de Empresa, Roger Torrent, en el Palau de la Generalitat, y con el delegado del Gobierno en Cataluña, Carlos Prieto.
El sector pide «unidad y confianza» a los taxistas para afrontar las próximas semanas, y pronostican que «serán muy calientes» y sitúan la Copa América a «el horizonte como referencia si no se solucionan todos estos problemas que afecten directamente las 14.000 familias del taxi y los ciudadanos por una mala gestión del regulador».
Todas las reivindicaciones de los taxistas
Los taxistas hace tiempos que arrastran las mismas reivindicaciones y sobre la mesa hay la actualización de las tarifas de forma que «el beneficio razonable que dice la ley que tiene que tener el taxista sea real», la eliminación del Reglamento del Taxi, un requisito que consideran «inútil» y califican de «laberinto burocrático del cual es tremendamente complicado salir», y ampliar la vida útil de los vehículos, puesto que actualmente los taxis de más de 10 años no pueden circular y no se tiene en cuenta su estado o kilometraje.
Por otro lado, el sector reclama a las administraciones una decena de convocatorias para obtener la credencial de taxista, intervenir de manera «inmediata» a las aseguradoras del estado español por los «abusos» al sector y no liberalizar el servicio sin antes lograr un acuerdo con las entidades representativas de la Mesa Técnica. También exigen presencia «permanente» de la Guardia Urbana a la estación de Sants para regular el tráfico, agilizar revisiones de ITV, autorizar la instalación de cámaras en el interior del vehículo, permitir los vidrios tintados de fábrica de algunos vehículos y que las credenciales de taxista no caduquen después de cinco años sin ejercer.
