El gran apagón que dejó sin luz a Barcelona y todo el país durante horas sigue causando estragos en la capital catalana. A primera hora de la mañana, la estación de Sants, uno de los grandes vértices de las comunicaciones ferroviarias de Cataluña, intenta recuperarse para volver a operar con normalidad. A primera hora de la mañana, sin embargo, la situación todavía no era normal. Algunos pasajeros que debían tomar un tren de alta velocidad para desplazarse a otros puntos del estado español, generalmente a Madrid, se han visto obligados a pasar la noche en la estación de Sants, ya que el trayecto que tenían previsto para este lunes no pudo salir: «No he podido dormir en toda la noche. Había mucho ruido», lamenta Maite, una mujer afectada que debía desplazarse hasta la capital española este lunes por la noche, pero se vio afectada por el apagón, en conversación con Tot Barcelona.
A primera hora de la mañana, los operadores de alta velocidad comienzan a intentar restablecer el servicio, y entre el caos y la falta de información -a pesar de los avisos constantes que se escuchan por megafonía- los viajeros se aglomeran en las puertas del control de acceso del AVE. Preguntados por este diario, ni los informadores de las compañías ferroviarias ni los comerciantes de Sants han sabido cuantificar el número de personas que se han visto obligadas a pasar la noche en los bancos o tirados en el suelo de la estación: «Yo he dormido más de una vez en estaciones de tren y creo que no había tanta gente, pero es verdad que estaban todos los rincones llenos«, explica Julián, un vecino de Girona que ayer vino a Barcelona para hacer una entrevista de trabajo y que ya no pudo volver a casa.

Cientos de viajeros expectantes
Mientras los trenes de alta velocidad comienzan a recuperar la normalidad, aunque muy poco a poco, cientos de viajeros se pasean por los pasillos de la estación de Sants a la espera de más información sobre el servicio de Rodalies: «No funciona ningún tren», exclama una chica que habla por teléfono con su madre mientras espera en las afueras de la estación. En las puertas de acceso a los andenes de Rodalies, decenas de personas se acercan a los torniquetes para preguntar a los operadores e informadores que ha habilitado Renfe si los trenes reanudarán el servicio en algún momento. A estas horas, sin embargo, Rodalies ha vuelto a suspender todo el servicio de la red ferroviaria debido a «la inestabilidad de la tensión en la red eléctrica para garantizar la circulación».
En la estación de Sants se respira una calma tensa. Aunque el servicio no funciona con la normalidad habitual, los usuarios enfrentan con filosofía el tiempo de espera. Algunos, incluso, con ilusión: «Puedo tomarme el café con más calma», ironizan un grupo de jóvenes que hoy tenían previsto viajar al sur de España. Uno de los puntos donde esta calma tensa se transforma en sufrimiento, sin embargo, es en el interior del recinto de Rodalies. Es decir, en el espacio entre los torniquetes de acceso y los andenes. En esta zona de la estación de Sants, a la cual, en estos momentos, no se puede acceder, hay cerca de una treintena de personas sentadas que esperan recibir más información sobre los trenes catalanes, ya que, de momento, no pueden salir de Barcelona. Algunos, incluso, aprovechan las puertas de salida de emergencia para salir a respirar al exterior. A primera hora de la mañana del día siguiente al gran apagón, pues, Sants lucha por recuperar la normalidad.
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