La Autoridad del Transporte Metropolitano de Barcelona (ATM) ha decidido prorrogar de forma indefinida la prohibición de subir patinetes eléctricos al transporte público. La idea era acabar con el veto el próximo 31 de octubre y dar paso una nueva normativa que tenía que regular el acceso de estos vehículos al transporte. Pero la normativa no llegará a tiempo y la ATM ha decidido hacer caso a los expertos consultados, que recomiendan distanciar a los patinetes de los trenes por la poca seguridad de sus baterías.
La ATM pone el foco en el peligro que puede suponer el incendio de una batería, que según el Comité de Coordinación de Emergencias de la ATM se produce mediante «un proceso de degradación extremadamente rápido en el cual se cataliza toda una serie de reacciones químicas que generan fuego, humo, emisión de gases, fragmentación y explosión». A la espera de una nueva regulación más concreta, la ATM ha decidido tomar la medida para evitar cualquier incidente en momentos de mucha afluencia de gente, cuando un tren pasa por un túnel o para evitar que una batería en mal estado impacte en personas de movilidad reducida, niños y bebés.

El riesgo es «muy elevado»
Desde la ATM recalcan que durante todos estos meses de prohibición se han estado estudiando alternativas, como por ejemplo la limitación horaria según la afluencia de gente, la creación de zonas específicas para guardarlos, la limitación del número de vehículos o la prohibición de cargarlos al tren. En todo caso, el comunicado apunta que «no se ha podido establecer ningún escenario en el que no se mantenga un factor de riesgo muy elevado no tolerable por los operadores de transporte público en cuanto a su responsabilidad en la seguridad de los usuarios». La primera vez que se planteó la prohibición fue en noviembre del 2022 después de que un patinete eléctrico explotara en los Ferrocarriles de la Generalitat de Catalunya.