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Una parada de bus ‘encubierta’ enciende las alarmas en un barrio de Barcelona
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En la avenida Meridiana, 295 vive Maruja, una mujer de 86 años que llegó a Cataluña de joven después de que su padre fuera fusilado en Andalucía durante la Guerra Civil. Compró su casa cuando todavía no estaba ni construida y ahora ya lleva cerca de 60 años viviendo en el mismo edificio, un hecho con el cual se ha ganado el mote -que ella acepta con orgullo- de ‘la Maruja de la Meridiana’. Durante muchos años ha sido la presidenta de su escala y ha vivido los innumerables cambios de la Meridiana. Aunque ya no lo es, sigue al pie del cañón y está enterada de la nueva reforma que se hará en esta avenida. «La dejarán guapa, llena de flores», comenta al TOT Barcelona.

A pesar de todo, la veterana vecina asegura que sus compañeros de escala han ido a quejarse al Ayuntamiento por la parada de bus que hay justo delante del edificio. De allí salen 6 líneas de Sagalès, un hecho que provoca enormes colas que ocupan toda la calle. «Esto es cosa de hace 3 o 4 años, antes nunca había estado así», detalla una Maruja que, a pesar de todo, vive satisfecha y alegre en su casa. «Lo único que me molesta bastante es cómo queda de sucio el suelo después de la hora punta«, lamenta.

Los vecinos denuncian que, en algún tramo, no se quiere reducir el número de carriles que hay actualmente | Vicente Zambrano, Ayuntamiento

Una parada «encubierta»

Just delante de la parada hay un pequeño supermercado. Su propietario confirma al TOT que a mediodía y a última hora de la tarde la calle también se llena. «No es una cuestión de momentos concretos», explica. Però, ¿molesta esta gente? «A mí no, muchos vienen con hambre y entran a comprar algo», detalla el tendero. En cambio, la asociación de comerciantes mantiene que muchos comercios, y sobre todo vecinos, sufren el aumento de autobuses en esta zona y la contaminación que provocan. Es más, el presidente de Sagrera Activa Asociación de Comerciantes (SAAC), Enric Gil, asegura que no se trata de unas pocas anécdotas, si no de un problema estructural. «Las colas no son las causantes de cierres de negocios, pero sí de su deterioro y la carencia de visibilidad y calidad», afirma.

Respecto al deterioro climático, Gil lamenta que se haya permitido que este punto concreto de la Meridiana se esté «cargando de humo y contaminación» y que la Sagrera sea «el segundo barrio más contaminado, según los estudios». Y la decepción es más grande todavía viendo la nueva reforma de la Meridiana, que no prevé suprimir de lo que vecinos y comerciantes consideran una parada de bus «encubierta». Por su parte, el Asociación de Vecinos y Vecinas de la Sagrera pone cifras al caos: según sus cálculos, hay más de 1.000 autobuses diarios «dando vueltas por el barrio» y en horas punta se concentran entre 300 y 400 personas en la parada.

Alegaciones presentadas en el Ayuntamiento

Tanto la asociación vecinal como los comerciantes han presentado al consistorio un escrito con diferentes alegaciones a la reforma, entre las cuales destaca una petición para que «los autobuses interurbanos tengan su parada en estaciones específicas y adecuadas que reúnan las condiciones mínimas exigibles […] sin riesgos y en un entorno controlado y seguro». Para muchos vecinos, la reforma se trata de una oportunidad perdida. Para el Oleguer Méndez, uno de los afectados que ha liderado las conversaciones con el Ayuntamiento, «más que una oportunidad perdida, es una incongruencia«.

La nueva reforma cambiará la imagen de la Meridiana entre la calle de Felipe II y Fabra y Puig, tal como lo ha hecho entre Glorias y pasado Navas. La idea del consistorio es reducir los carriles actuales a dos por banda e incorporar un gran carril bici en medio y verde a los lados. Ahora bien, los vecinos de la Sagrera denuncian que, justo en su tramo, la parada de bus ‘encubierta’ es intocable y que la propuesta mantiene cuatro carriles en sentido Girona (dos carriles por vehículos privados y dos de Bus), un hecho que lamentan, teniendo en cuenta que esto supone un carril más que en el resto de la Meridiana.

En sentido Glorias, la idea inicial tampoco convence a pesar de que, en este caso, sí que se reduce la calzada a tres carriles, siguiendo lo que se ha hecho en otros puntos ya reformados. Pero según leemos en el escrito de alegaciones, los vecindario se opone a la creación «de una ampliación de 3 metros hacia la acera en el punto que sale el Metro para garantizar la parada y el estacionamiento de los autobuses interurbanos». En este aspecto, Méndez es rotundo: «No queremos singularidades de ningún tipo en nuestro tramo».

Recreación de cómo quedará el tramo entre Felipe II y Fabra y Puig en las zonas donde no paran los buses interurbanos | Ayuntamiento

La parada de bus no es el único punto de desacuerdo, si bien es el que más indigna a las principales entidades del barrio. También piden que se pare «la modificación de los accesos a los parkings» de los bloques 257, 259 y 261, los cuales mantienen que «no hay constancia que generen problemas destacables». Y aún un punto más de indignación. Los vecinos critican que la reforma «abre la puerta» a hacerse en diferentes fases. Así lo explica Oleguer Méndez al TOT, que asegura el proyecto contempla este posibilidad, hecho que alargaría las obras a 54 meses, en vez de los 18 que se pensaba inicialmente. «Esto no es asumible para el vecindario y el comercio que están afectados por el proyecto», dice.

La respuesta del consistorio

Desde la Ayuntamiento apuntan al TOT Barcelona que «la intención es obtener la aprobación definitiva este mandato y después licitar el próximo tramo». En todo caso, puntualizan que «el número de tramos en los cuales se dividirá todavía no está fijado». El consistorio tampoco clarifica mucho qué pasará con la parada de bus polémica. Según las entidades, el Ayuntamiento se niega a traspasarla al entorno de Fabra y Puig -donde hay una parada equipada- alegando que los usuarios de estas líneas tendrían que hacer un transbordo más largo hasta la estación de la Sagrera. Eso sí, oficialmente, la respuesta es otra.

El consistorio responde al TOT que «el Gobierno municipal está trabajando para determinar cómo tiene que quedar establecida la configuración global del servicio de buses interurbanos en el entorno de Sagrera-Meridiana». En este sentido, fuentes municipales detallan que «hasta que no haya una propuesta en firme, y acordada con todas las partes, no se podrá entrar a concretar los detalles que se están planteando» y recuerdan que las líneas de bus interurbanos son competencia de la Generalitat y, por tanto, «la solución definitiva también hará falta que esté consensuada con ellos».

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