El Ayuntamiento de Barcelona ultima el dispositivo de las obras que tienen que transformar la Rambla, que inicialmente tenían que durar seis años, pero que el nuevo ejecutivo socialista ha prometido reducir en la mitad. Con los nuevos
Desde este mismo martes, el consistorio habilitará el paseo para que pueda ser hábil mientras duren las obras. Estos trabajos consisten, principalmente, a habilitar zonas provisionales para el paso de los vehículos –especialmente de los vecinos del Gótico– y garantizar el paso de los servicios de emergencia y de los transportistas. Habrá tres pasos para cruzar las obras a la altura de Portaferrissa-Carme, Ferran y Colom (acceso en plaza Real) y a plan del Oso y Escudellers.
Durante todas las obras, la Rambla únicamente tendrá un sentido de la circulación de vehículos, el que va desde Colom hasta la plaza de Cataluña, en sentido montaña. De esta forma, se adaptarán algunas esquinas y se adaptará la señalización para que el carril sea de subida.

Una marcha más
La reforma de la Rambla acordada por el ejecutivo liderado por Ada Colau preveía que la reforma se haría en siete u ocho años, con un calendario que las alargaba hasta el 2030. Una decisión que no gustaba sobre todo al núcleo duro de los comerciantes de esta emblemática avenida, que preferían que las obras, siempre molestas, duraran menos. Coincidiendo con la rueda de prensa de valoración de los primeros cien días de mandato, el nuevo alcalde Jaume Collboni se comprometió a hacerla de una tacada, en 34 meses.
«En la Rambla se pueden acortar los tempos. Y tiene que ayudar a implementar las políticas de reactivación en el centro de la ciudad», apuntaba Collboni el día del anuncio. Todo ello supone una alegría para los comerciantes, que celebran que Collboni «se haya tomado seriamente la reforma de la Rambla», en palabras de la entonces presidente de Amigos de la Rambla, Fermin Villar.
Durante los primeros diez meses, según informa ahora el Ayuntamiento, las obras se centrarán en la acera del lado Besòs. Los siguientes diez meses será el turno de la calzada y la acera del otro extremo, costado Llobregat. El núcleo duro de la reforma, el lavado de cara del paseo central, está previsto que se haga durante el último año de la reforma, que si todo va según las previsiones cogerá parte del 2026 y parte del 2027.



