La red de carriles bici de Barcelona cuenta desde esta semana con una nueva incorporación. Se trata de la vía ciclable de la calle de Córcega, entre las calles de Freser y los Castillejos, un tramo que servirá a partir de ahora por conectar de manera eficiente dos distritos de la capital catalana como el Eixample y Sant Martí a través de los barrios de Sagrada Familia (Eixample) y el Clot-Camp de l’Arpa (Sant Martí).
Según la información facilitada por el Ayuntamiento de Barcelona, la nueva infraestructura consiste en un carril bici segregado y unidireccional, situado a la izquierda de la circulación que ocupa el antiguo cordón de servicios. El nuevo tramo da continuidad de este modo a la circulación de las bicicletas en sentido Llobregat para acceder al Eixample, puesto que conecta el carril bici del paseo Maragall con el carril bici de la calle de los Castillejos. La previsión de los trabajos -que arrancaron a principios del pasado mes de julio- era que pudieran estar terminados de cara al 30 de septiembre, de forma que las obras han acumulado alguna semana de retraso.
Con esta última transformación, la calle de Córcega pasa a tener un carril para bicicletas, dos para la circulación de vehículos de motor y un cordón de servicios, ya sea para implementar plazas de parking, zonas de carga y descarga o contenedores.
Más de 1.000 kilómetros ciclables en la ciudad
Sumando todos los recorridos aptos para ir en bici, la capital catalana ya dispone, según los últimos datos municipales, de alrededor de 1.150 kilómetros de itinerarios ciclistas a disposición de los ciudadanos. En todo caso, esto no quiere decir que haya tantos kilómetros de carril bici, puesto que hay calles de baja velocidad que también se incluyen en este listado. Quedan excluidos de la red las calles de 50, que a pesar de estar permitida la circulación, no se recomienda y, por eso, no computan.