El Ayuntamiento de Barcelona sigue dando pasos para mejorar la seguridad vial en la capital catalana. La última de estas será la instalación, de forma provisional y a manera de prueba, de un pavimento que drenará el agua acumulada los días de lluvia. Eso sí, se instalará en el carril bici ubicado en la calle de Jordi Girona y será de 100 metros de largo por dos metros de ancho. Esta medida se aplica para poder estudiar, y poder mejorar, la seguridad vial de los ciclistas en los días de lluvia, puesto que según un estudio de la UPC, este tipo de pavimento puede llegar a una potencial escorrentía superficial de entre el 44 y el 92%, en función de la geometría y la alineación de la calle.
No será el único motivo para la instalación de este pavimento, puesto que además, desde el Ayuntamiento de Barcelona se quiere estudiar y evaluar si este nuevo suelo puede ayudar a reducir el riesgo de inundaciones en días de fuertes lluvias con muchos litros acumulados, pero no será la única función estudiada de este nuevo suelo provisional, también se quieren obtener datos de la calidad del agua obtenida desde las filtraciones del pavimento.
Entender el comportamiento del pavimento cuando pasan vehículos por encima
Esta será una de las otras funciones de esta prueba del nuevo pavimento. El Ayuntamiento de Barcelona quiere estudiar el «comportamiento mecánico del pavimento al paso de vehículos ligeros y pesados», acompañado de una observación sobre las temperaturas que coge este suelo en comparación al pavimento habitual, para así saber si puede ayudar a reducir el efecto calor durante los días de más sol y temperaturas intensas.
Eso sí, no será flor de un día, puesto que este pavimento, que se instalará este último trimestre de año, estará estudiado durante cuatro años, a través de los datos obtenidos. Además del carril bici también se pavimentarán 10 metros ante el vado de la entrada del parking de la Universidad, tramo que será el encargado de estudiar el anteriormente mencionado «impacto mecánico».
