La calle del Comte d’Urgell se cerrará completamente al tráfico durante todo un año. Esta es la principal afectación de la nueva fase de las obras de la línea L8 de los Ferrocarriles de la Generalitat de Catalunya (FGC), que ya está en marcha y que culminará con la entrada de la tuneladora en el ámbito del Hospital Clínic y de Francesc Macià para excavar el túnel hasta la futura estación de Gràcia. En concreto, los cortes de tráfico se realizarán a principios de 2025 en dos tramos de esta arteria barcelonesa, a la altura de las calles de Rosselló y de Buenos Aires. Se calcula que este doble corte afectará el desplazamiento de un total de 50.000 vehículos cada día.
La primera de las dos afectaciones será la de la intersección entre la calle del Comte d’Urgell y la de Rosselló, que comenzará durante la noche del 19 de enero y la madrugada del 20. La vía quedará cortada al tráfico hasta la calle de Còrsega y solo se permitirá el paso a los peatones. En cuanto al segundo tramo, las obras comenzarán justo un mes después, durante la mañana del 23 de febrero, cuando se cortará la circulación en la calle Comte d’Urgell entre la de Buenos Aires y la plaza de Francesc Macià, permitiendo también solo el paso a pie. La previsión es que los trabajos en superficie se prolonguen durante cerca de un año y que puedan estar terminados antes de las fiestas de Navidad de 2025, recuperando de esta manera el estado actual de afectaciones en esta arteria de la capital catalana. La ocupación de parte de la calzada y la acera, sin embargo, se prolongará aún cerca de cinco años, cuando terminarán las obras de prolongación de la L8.
En estos momentos ya se están llevando a cabo diversas actuaciones de desvío de los servicios y suministros en los dos ámbitos afectados. Una vez se proceda a cortar el tráfico, los operarios iniciarán la excavación de dos pozos de hasta 82 metros de profundidad que albergarán las futuras estaciones del Hospital Clínic y Francesc Macià y por donde accederá la tuneladora. Para poder preparar el terreno y construir la estructura que permitirá la excavación, se utilizará una hidrofresa de 24,5 metros de altura para perforar el terreno similar a la que ya está funcionando en la intersección entre las calles del Comte Urgell y el Consell de Cent, pero de unas dimensiones superiores. Teniendo en cuenta la afectación y molestias que ya está causando esta máquina unas calles más abajo, desde la Generalitat se ha optado por reforzar las medidas adoptadas para minimizar el impacto acústico derivado de su funcionamiento. En este sentido, más allá de las vallas de tres metros de altura que recorren todo el perímetro de la obra, se colocarán otras móviles de hasta seis metros de altura que estarán prácticamente adosadas al aparato.
Cambio de sentido en la calle de Rosselló y un carril menos en la Diagonal
En cuanto al desvío de los vehículos afectados, la Generalitat ha trabajado con el Ayuntamiento de Barcelona en un plan alternativo para poder absorber en la medida de lo posible esta cifra de cerca de 50.000 desplazamientos diarios. En el caso del primer tramo de la calle del Comte Urgell, se prevé desviar el grueso de los vehículos por la calle de Rosselló, que invertirá su sentido habitual con el objetivo de que el tráfico rodado termine en las calles de Calàbria y Entença, dos rutas alternativas de subida. Para hacerlo, se ampliará de uno a dos carriles la calzada de la calle de Rosselló, eliminando una franja de servicios hasta la calle del Comte Borrell. La misma operación se repetirá con la calle de Calàbria, entre las calles de París y Londres.
En cuanto al tráfico de bajada, que se ve afectado por el corte en este segundo tramo, se habilitará un segundo carril para girar por la calle de Numància desde la Diagonal, que pasará a tener un carril central menos hasta Francesc Macià. Los vehículos que continúen recto y lleguen hasta la plaza tendrán dos opciones para bajar: tomar el lateral de la Diagonal hasta la calle de Villarroel o utilizar un nuevo carril de bajada en la avenida de Josep Tarradellas entre Francesc Macià y la calle del Comte Borrell, que se creará invirtiendo uno de los dos carriles que actualmente hay de subida y que no tienen mucho tráfico.