La grúa municipal de Barcelona, que gestiona la empresa pública B:SM, tiene otra cara más allá de retirar vehículos de las calles de la ciudad que, en la mayoría de los casos, están cometiendo una infracción. En 2024, la grúa realizó cerca de 190.000 servicios -concretamente 189.570-, de los cuales solo 89.080 fueron retiradas de coches, motos, patinetes y bicicletas, entre otros vehículos, que terminaron en el depósito. Y el resto, más de 100.000, incluyen servicios muy diferentes. Por ejemplo, la grúa interviene en accidentes, colabora en la recuperación de vehículos robados, atiende solicitudes para liberar vados o participa en actuaciones urgentes de la ciudad, requerida por los Bomberos, la Guardia Urbana u otros servicios municipales.
Cuando a un ciudadano, la grúa se le lleva el coche por una infracción, para recuperarlo tiene que pagar una tasa de 173 euros (la cantidad varía según el vehículo), una cifra a la que se suma el tiempo de estancia en el depósito y la multa correspondiente. Pero en los otros servicios mencionados, como accidentes o retirada de coches abandonados, B:SM no tiene un retorno económico a través de una tasa por el servicio prestado. Quien lo explica al TOT Barcelona es Sergi Vidal Marí, director de la división de movilidad y espacio público de B:SM. «La grúa es un servicio deficitario», afirma.
Una ciudad compacta y densa
A veces, la grúa es solicitada porque se está realizando una poda urgente de árboles que implica un riesgo y lo que hace es retirar los vehículos de la calle sin ingresarlos en el depósito. «Una vez, la grúa fue requerida por los Bomberos para intervenir en un cementerio porque podía caer una pared en una zona donde había coches estacionados», subraya el directivo. La grúa también realiza servicios que no termina ejecutando. Es el caso, por ejemplo, cuando tiene que sacar un vehículo que comete una indisciplina y cuando llega al lugar de los hechos el infractor ya ha desaparecido, o aquellos que por criterios técnicos o normativos la Guardia Urbana decide no autorizar. Vidal defiende que Barcelona necesita un dimensionamiento de la grúa por las características que tiene, «una ciudad compacta y densa con calles muy estrechas», que permita actuar inmediatamente.

Se recuperan más de 2.000 vehículos robados al año
Fuentes de B:SM aseguran que la grúa «realiza una tarea imprescindible para garantizar una movilidad segura, eficiente y sostenible en la ciudad, jugando un papel clave en la pacificación del tráfico, la reducción de atascos y la mejora de la calidad de vida de los ciudadanos. Más allá de corregir infracciones, su actuación contribuye a reducir las emisiones contaminantes y a garantizar el buen funcionamiento del espacio público». Algunas de las cifras facilitadas por la empresa municipal lo avalan. Cada año, la grúa atiende más de 9.000 solicitudes para liberar vados y plazas reservadas, y realiza más de 3.000 intervenciones para restablecer la circulación tras accidentes. También retira vehículos abandonados de las calles de la ciudad, lo que permite liberar más de 3.000 plazas de estacionamiento, y colabora en la recuperación de más de 2.000 vehículos que habían sido robados.
Una infracción habitual en la que la grúa interviene es el estacionamiento o la parada de un vehículo en doble fila, «para garantizar una movilidad más eficiente». B:SM dice que un solo turismo mal estacionado en una vía concurrida puede bloquear más de 100 vehículos cada minuto. Si la situación se prolonga hasta 30 minutos antes de ser detectada y resuelta, se generan consecuencias en diferentes ámbitos. Hay un impacto ambiental, ya que un atasco incrementa significativamente las emisiones de CO₂. También tiene efectos sobre la actividad comercial, con un retraso en la recepción de mercancías que «puede suponer pérdidas de hasta 300 euros por hora para los establecimientos». El bloqueo de los carriles de circulación también afecta el transporte público, «provocando retrasos en las líneas de autobús, desincronizando la frecuencia y perjudicando a miles de ciudadanos que dependen de este servicio». Desde julio pasado, un coche de Transports Metropolitans de Barcelona (TMB) registra y multa cuando un conductor deja el vehículo en un carril bus.

Crece la retirada de vehículos un 7,5% en 2024
Según los datos facilitados por B:SM al TOT, en 2024 se retiraron de las calles de Barcelona 89.080 vehículos de todo tipo, mientras que en 2023 fueron 82.865. Se trata de un aumento del 7,5% motivado por «la reactivación de la actividad en la ciudad durante los fines de semana, con la celebración de numerosos eventos deportivos y culturales que han requerido la liberación de cordones de estacionamiento para garantizar su correcto desarrollo». A juicio de B:SM, otro motivo del aumento fue el mayor número de obras que se realizó en la vía pública, «que comportaron actuaciones puntuales para facilitar la ejecución de los trabajos y garantizar la seguridad y la movilidad en el entorno».

En cuanto a la tipología de vehículos, los turismos son los que más se retiran de la vía pública. Suponen el 67,44%, con un total de 60.076 el año pasado (55.465 hace dos años). De motos, 22.499 (el 25,26% del total) terminaron en los depósitos en 2024, mientras que en 2023 fueron 20.853. El número de bicicletas y vehículos de movilidad personal (incluidos los patinetes eléctricos) retirados fue a la baja, con 3.987 en 2024 frente a los 4.246 en 2023. En el caso de las bicicletas y patinetes eléctricos, la retirada se concretó en el 4,48% del total. En mayo de 2024, el TOT explicó que la retirada de bicicletas por parte de la grúa se había multiplicado por más de cuatro en cinco años. Si en 2019, el servicio que gestiona se llevó 863 bicicletas, en 2023 fueron 3.729.
Las infracciones principales en las que actuó la grúa a lo largo de 2024 fueron estacionamientos: en zonas reservadas (14,85%), lugares con una prohibición explícita (13,20%), zonas de carga y descarga (13,07%) y espacios donde se prohíbe la parada (12,06%).