Hay varias estaciones de FGC de la línea Llobregat Anoia que son exteriores, y es después de Molí Nou-Ciutat Cooperativa y de Sant Boi de Llobregat que los trenes entran en el túnel y ya hacen el camino soterrado hasta llegar al final de la línea en plaza Espanya. Pero en el Metro, de las 165 estaciones que se cuentan en toda la red, solo 4 tienen los andenes al aire libre: Zona franca, Puerto Comercial -La Factoría, Ecoparque y ZAL-Riu Vell. Pero estas estaciones del suburbano no han sido las únicas donde el pasajero ha esperado a los convoyes al aire libre. De hecho, cuando el 10 de junio de 1926 se inauguró el Metropolitano Transversal -considerado el embrión de la L1, de las nueve estaciones que entraron en funcionamiento, dos eran exteriores: Mercat Nou y la Bordeta. Eran las últimas paradas de un trayecto que empezaba en la plaza Cataluña hasta Hospitalet, con paradas también en Universitat, Urgell, Rocafort, Espanya, Hostafrancs, Sants, y las dos exteriores antes mencionadas.

La Bordeta, la estación que no sobrevivió
La parada de Bordeta, situada justo antes de atravesar Riera Blanca, y la calle Jocs Florals, fue la única de estas estaciones que no ha llegado a la actualidad. Fue la estación sacrificada cuando en 1983, con motivo de la prolongación de la L1 hasta Torrassa, se construyó la nueva estación cubierta de Santa Eulàlia. 57 años después de su inauguración, se decidió clausurar el apeadero de Bordeta, al considerar que la distancia entre la Bordeta y Torrassa era demasiado corta como para mantener activas las dos estaciones. A pesar de la clausura, el andén de aquella estación se mantuvo durante unos años, y los trenes pasaban sin pararse en aquel tramo. Según explica TMB, esta estación «continuó siendo útil durante muchos años: uno de los andenes servía para hacer cambios de motorista y cambios de trenes, es decir, operaciones para sustituir uno de los trenes del carrusel por otro que salía vacío de la cochera de Santa Eulàlia».
La sentencia final llegó entre los años 2006 y 2008, con la construcción de un cajón de hormigón para cubrir las vías, que era una larga reivindicación de los vecinos de Sants y la Bordeta. Fruto de aquellas obras, la otra estación al aire libre de aquel primer Metropolitano Transversal, Mercat Nou, estuvo fuera de servicio durante dos años. Y cuando reabrió ya lo hizo con el aspecto actual, una estación 100% cubierta.