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El incremento de ciclistas obliga a Barcelona a repensar algunos carriles bici

Barcelona se ha convertido en una de las ciudades mediterráneas más aptas para ir en bicicleta. El Ayuntamiento calcula que la red ciclista de la ciudad engloba 1.150 kilómetros, agrupando los carriles bici, las zonas 30 y las calles de plataforma única. Un crecimiento importante que se ha disparado en los últimos años. Los poco más de 126 kilómetros de carril bici que había en 2016 se quedaron en nada en 2018, año en el que Barcelona dobló la cifra. Y el objetivo para 2023 era alcanzar los 272 kilómetros, aunque la cifra se cerró en 257. Sea como sea, las últimas mejoras y algunas nuevas incorporaciones harán que en 2024 sí se cierre con cifras cercanas al objetivo.

Algunas calles, como la Gran Vía más allá de la plaza de España, tenían carriles de uso recreativo y el aumento de desplazamientos diarios ha obligado a replantearlos. Este es, de hecho, uno de los principales retos que hay sobre la mesa del área de movilidad, adaptar los carriles más antiguos a las nuevas necesidades del tráfico. Según el último barómetro del RACC, nueve de cada diez ciclistas encuentran trabas a la hora de desplazarse: la mitad, cuando se encuentran con ellas, pasan a la calzada, el 18% cambia a la acera –un gesto no permitido si el espacio es menor a 5 metros– y el 17% se baja de la bici. Solo el 5% da media vuelta para buscar otros recorridos. Datos que muestran la necesidad de «consolidar y corregir» el entramado actual, según el RACC, de «mejorar y ampliar» la red, según el Bicicleta Club de Catalunya (BACC), que insiste, como también lo hace el Ayuntamiento, que los carriles deben bajar de la acera a la calzada.

«Seguramente, el error de hace 20 o 30 años de construir los carriles bici en la acera ha ayudado a la criminalización de las personas que se desplazan en bicicleta. Compartimos el objetivo de bajarlos, es importante hacerlo. Los socios de nuestra entidad u otros que se mueven en bici nos contactan y nos piden medidas para mejorar su experiencia», explica al TOT Barcelona el portavoz del BACC, Eduard Parera. El ciclista reconoce que se han hecho «muchos esfuerzos» para bajar algunos carriles importantes de las aceras, pero avisa, en todo caso, que hay proyectos pactados en el mandato anterior «que no se están haciendo». Todo el mundo comparte el objetivo, dice, pero, a la hora de la verdad, si se debe eliminar espacio de otros vehículos, aparecen «las reticencias».

En la nueva Meridiana, el carril bici baja de la acera y esta gana metros / Ayuntamiento

10 kilómetros menos en las aceras

Barcelona ha eliminado 9,9 kilómetros de carril bici en las aceras en los últimos tres años, según datos del área de movilidad facilitados a este diario. El Ayuntamiento ha bajado las bicicletas a la Diagonal; en la Zona Universitaria y, aprovechando las obras del tranvía, también entre Glòries y Verdaguer. La operación se ha repetido en la ronda del Guinardó –planificada en los presupuestos participativos–, en el tramo reformado de la Meridiana y en el Puente del Trabajo Digno, que era un foco de conflicto al haber una escuela.

También ha bajado el carril de la Gran Vía entre Tetuan y Glòries y entre la plaza de España y la plaza de Cerdà. En este caso, sin embargo, continúa habiendo polémica. «Se ha hecho en dos fases y ambas tienen errores graves de seguridad», apunta Parera. El plenario de diciembre de 2023 de Sants-Montjuïc aprobó una mesa de trabajo para conseguir mejoras en la infraestructura, pero desde el BACC aseguran que, en un año, «solo se ha hecho una sesión que fue simplemente informativa».

Una bicicleta del Bicing saliendo de una estación | Jordi Play

Muchas de estas actuaciones forman parte del paquete presentado por el gobierno municipal en 2021, que preveía la creación de 32,6 kilómetros de carriles bici y la mejora de 11,7 de la red actual. Entre estas mejoras se incluía la bajada a la calzada de seis tramos de calle, algunos de ellos importantes, como el mencionado de Gran Vía o el de Diagonal.

En todo caso, aún hay dos que están pendientes. Uno es el tramo más próximo a Besòs de la Diagonal, que continúa sin separar las bicicletas de los peatones. El plan contemplaba «bajar y desdoblar» el actual carril bici de la acera a «inicios de 2022», pero todo sigue igual. En el último plenario de Sant Martí, los comunes insistieron en bajarlo. La otra bajada que ha quedado en papel mojado es en el Front Litoral, entre Arquitecte Sert y Llacuna. También se debía hacer entre 2021 y 2023, y también está parada. En este caso, sin embargo, el tramo afectado continúa dentro del Plan Director de la Bicicleta de Sant Martí y debería culminarse en este mandato.

Dues bicis circulen pel centre de Barcelona / Jordi Play
Dos bicis circulan por un carril bici segregado en la acera / Jordi Play

El BACC pide una decena de actuaciones más

Desde el BACC sostienen que aún hay una decena de calles importantes, relevantes desde un punto de vista del tráfico, con una infraestructura ciclista poco adaptada al uso real. Es el caso de la conexión entre la plaza de Karl Marx y la plaza de la República por el paseo de Valldaura, que no tiene ningún proyecto sobre la mesa, el carril bici de la calle de Arnau d’Oms o el de la calle de la Marina entre Ausiàs Marc y Diputación. La entidad ciclista mantiene que ha pedido, cada caso en la audiencia pública pertinente, redefinir estos carriles a la calzada. En estos tres casos, por ahora, sin ninguna respuesta convincente. Desde la entidad ciclista también arrugan la nariz con los casos de los paseos de Colom e Isabel II. «Hay muchas calles dedicadas al tráfico de coches y motos y, en cambio, aún encontramos los carriles bici en las aceras y conexiones deficientes», se queja Parera. Según el concejal de Ciutat Vella, Albert Batlle, los cambios están sujetos a una posible reforma de las rondas, que, por ahora, aún está lejos.

Hay otros casos más factibles para los intereses ciclistas. El distrito de Sant Andreu ya estaría estudiando cómo adaptar el carril bici del paseo de Santa Coloma, después de que la entidad haya insistido y que ERC haya presentado un par de ruegos al Pleno de distrito. El otro caso que podría ser realidad, aunque a mucho más largo plazo, es el de la calle de Tarragona. Según la concejala de Sants-Montjuïc, Raquel Gil, la idea del Ayuntamiento es adaptar este carril para separarlo de los peatones, pero todo ello deberá esperar que pasen las obras de los FGC en el parque de Joan Miró. Y, por último, la plaza de Tetuan, que genera momentos «muy conflictivos», según la AVV de Fort Pienc. En este caso, el concejal del Eixample, Jordi Valls, también ha remarcado que están «estudiando» cómo crear una infraestructura exterior.

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