Después de más de tres años de obras, la Via Laietana ya está remodelada. El objetivo era pacificar la arteria, ampliando las aceras y reduciendo los carriles de circulación. De cinco carriles se ha pasado a tres. De bajada, hay un carril bus-taxi compartido con bicicletas y un carril abierto a todos los vehículos. Y de subida ha quedado un carril bici y un único carril restringido a vehículos del barrio de Sant Pere, Santa Caterina i la Ribera, y la Barceloneta, así como los usuarios de aparcamientos, taxis y autobuses de TMB y la plataforma logística del mercado de Santa Caterina. Pero, tal como ya explicó TOT Barcelona, los vecinos y comerciantes empadronados en el Gòtic lo tienen prohibido. «Es un agravio», denuncia la gerente del eje comercial Barnacentre, Isabel Rodríguez.
Para el vecindario y los comerciantes del Gòtic, la Via Laietana es la vía de entrada «natural» del barrio Gòtic, subraya la gerente de Barnacentre. Ahora, el objetivo del consistorio es que estas personas dejen de utilizar esta calle para acceder a sus negocios y casas y tengan que entrar por la Rambla, con un único carril de subida (ahora en obras), muchas veces colapsado, o dar una vuelta más larga para terminar bajando por Via Laietana para entrar al Gòtic.
Se multará
Aunque a lo largo del verano el Ayuntamiento estudiará cómo funciona la movilidad de la Via Laietana, si no cambia de parecer, los vecinos del Gòtic tendrán el acceso cerrado de subida, y después del verano se comenzará a multar (el control se realizará a través de cámaras). «Será una dificultad añadida para trabajar y vivir en el Gòtic».

Desde Barnacentre, se aplaude que se haya ganado espacio para los peatones y los ciclistas, pero la solución que les ha planteado el Ayuntamiento «no es asumible» en el ámbito circulatorio, indica Rodríguez. Una de las contradicciones más visibles que se dará es que los abonados o el resto de usuarios clientes del aparcamiento de SABA de la avenida de la Catedral no podrán acceder al parking si suben por la Via Laietana, mientras que los clientes del aparcamiento de BSM, situado frente al mercado de Santa Caterina, sí podrán entrar. No obstante, la gerente de la entidad comercial pone el énfasis en los parkings «de pupilaje estable, de vecinos y trabajadores, que están en la calle de Sagristans. Estos son donde hay los agravios más grandes».
Mucha población envejecida
Montse, una vecina de la zona de la calle dels Lledó y la plaza de Sant Just, confía en que el Ayuntamiento dé marcha atrás en su decisión. «Hemos hecho una reunión -el viernes pasado- y haremos otra pronto. Este verano se está haciendo una prueba piloto». En su caso, el hecho de que se dificulte la movilidad a las personas en el Gòtic será un problema, ya que tiene un familiar a quien le cuesta caminar y debe poder acceder con facilidad hasta delante de su vivienda. Rodríguez recuerda que el caso de Montse no es único y en todo el ámbito de Sant Just hay mucha población envejecida.

Otra de las críticas que los usuarios de la Via Laietana han hecho es la pérdida de transporte público, advierte Montse. Con la remodelación, dejan de circular las líneas de bus V15 -muy utilizado por personas que iban al mercado de Santa Caterina- y V17, y solo subirá por la arteria el 47 y el bus de barrio. Los buses V15 y V17 garantizaban la circulación del vecindario de la Via Laietana y los alrededores hacia el norte de la ciudad.