Los vecinos del Park Güell celebraron el pasado jueves la llegada de nuevas medidas reguladoras. El Ayuntamiento de Barcelona finalmente ha cedido y ubicará la parada de taxis más grande de la zona, en la carretera del Carmel, en un aparcamiento de autobuses gestionado por BSM. Es la medida más destacada de una serie de propuestas que los vecinos solicitaban hace meses. En líneas generales, están «satisfechos» de la última reunión con el consistorio, que se celebró el lunes, pero advierten que aún queda un punto de conflicto sin resolver. Quieren que se elimine la parada del autobús turístico cerca de la plaza Sanllehy, pero el Ayuntamiento defiende que este autobús evita que las líneas regulares se llenen de turistas.
Según los cálculos municipales, en los días punta, el autobús turístico transporta a unas 2.500 personas. La pasada Semana Santa, por ejemplo, en total subieron al Park Güell 6.413 turistas con el autobús y bajaron un total de 8.362. El día de mayor afluencia, el autobús alcanzó los 2.476 pasajeros. El 85% de los turistas que van en el autobús bajan en la parada y el 91% van con la entrada ya comprada. Con estos datos sobre la mesa, el área de movilidad del ejecutivo de Jaume Collboni defiende que el autobús no atrae visitantes al barrio que no están planificados –sin la entrada del parque– y se muestra reticente a eliminar la parada.

Los vecinos se quejan del colapso
En una reunión con los vecinos, el Ayuntamiento se ha abierto a estudiar la posibilidad de ampliar la acera donde se ubica esta parada, una acera que ya tiene tres metros. Los vecinos insisten en que la solución requiere eliminar la parada, porque el problema radica sobre todo en las condiciones orográficas del barrio y la exigencia que el territorio supone para los autobuses, que a veces tienen dificultades para subir las pendientes. «No es necesario que lleguen tan arriba», manifiestan desde las plataformas críticas con la gestión del parque.
Los vecinos señalan que las averías son habituales y que estas «colapsan» las calles. El Consell Veïnal de la Rovira ha denunciado en la red social X alguna de estas averías, a veces de hasta dos horas, y la Asociación de Vecinos del Guinardó ha apuntado, en otras ocasiones, que la situación «se repite cada semana». Los críticos alegan que los autobuses eléctricos no son lo suficientemente potentes para afrontar la considerable subida que hay en el tramo final de la calle de Cartagena.
🤬Dos horas averiados en la calle Cartagena, dificultando el paso de ambulancias hacia Sant Pau.
— Consell Veïnal del Turó de la Rovira (@ConsellVeinalTR) October 1, 2024
¿Hasta cuándo piensa durar este aBús Turístico en las calles de la zona, @laiabonetrull y @jaumecollboni ?
Antes el negocio de la concesión que la salud del vecindario y los pacientes, ¿verdad? pic.twitter.com/fdezYSXbJY
Satisfechos con la revisión de otras medidas
A pesar de las quejas vecinales, el área liderada por la teniente Laia Bonet no moverá la parada de lugar. Sí se aviene a revisar la movilidad de los taxistas –otro foco de conflicto habitual– y permitirá la entrada de las bicicletas de los vecinos durante el horario de exclusividad, tal como solicitan desde hace tiempo las asociaciones familiares de las escuelas de los alrededores. El otro cambio tiene que ver con las entradas, que pasan a ser nominales para controlar mejor el acceso, y un bolardo en la calle de Pere Jacint Alegre del barrio de la Salut.
Los vecinos consideran estas medidas «como una pequeña victoria que hemos conseguido entre todos y todas» y esperan «que vengan más». Así se expresan las plataformas vecinales que el pasado jueves se reunieron en el Park Güell para celebrar la entrada en vigor de las nuevas medidas dictadas por el Ayuntamiento. Celebran «una victoria colectiva» pendientes de llegar a un acuerdo con el autobús turístico.