Recta final en la transición hacia un nuevo modelo de títulos de transporte público iniciada a finales del pasado mes de noviembre. A mediados de este mes de enero está previsto que desaparezca prácticamente del todo lo tradicional billete con banda magnética para dejar paso al formato de la T-Mobilitat, que consiste en una tarjeta de cartón sin contacto y recargable. Este proceso, sin embargo, también vendrá acompañado de un cambio en las tarifas de los abonos que supondrá un incremento de su precio.
A partir del 15 de enero, el coste de los títulos aumentará un 6,75% respecto al año pasado, tal como se anunció a finales de diciembre. La Autoridad del Transporte Metropolitano (ATM) defiende este breve encarecimiento “por la subida de precios generalizada de estos últimos años” y por “la fuerte descompensación financiera de los operadores por el efecto de la covid”. Así mismo, la ATM, de acuerdo con los operadores, ha informado que no se permitirá cambiar los títulos del 2023 por los de 2024, aunque estos estén sin estrenar. Eso sí, los abonos comprados antes del 14 de enero del 2024 caducarán el 30 de abril del 2024 y no el 29 de febrero, como estaba previsto inicialmente, para ofrecer a la ciudadanía un tiempo adicional para adaptarse a esta transición de formatos.
La resistencia de los viejos abonos
Aun así, hay que recordar que no todos los abonos pasarán a existir solo en este nuevo formato. En concreto, dos títulos mantendrán el clásico billete de cartón con banda magnética vigente hasta ahora. Se trata del billete sencillo y de la tarjeta T-rosa, una tipología propia del Área Metropolitana de Barcelona (AMB) para personas más grandes de 60 años o que tienen un discapacidad acreditada a partir del 33%. Ambos billetes se seguirán adquiriendo a las máquinas de autoventa en formato de cartón con banda magnética, de forma que se convertirán en la verdadera resistencia de los viejos abonos de la red de transporte público.