La pacificación de la calle de Rosselló, entre la avenida de Josep Tarradellas y la calle de Villarroel, vuelve a entrar a las previsiones municipales. El pasado viernes, Jaume Collboni lo citó en el pleno como uno de los proyectos que su gobierno ejecutará. A finales de enero, cayó de los presupuestos participativos, la iniciativa que Ada Colau activó para que el vecindario decidiera donde iban 30 millones de las cuentas municipales.
Ahora, el alcalde da a la pacificación de Rosselló una segunda vida. Collboni dijo que es una de las propuestas para ganar más ejes verdes en la ciudad, junto a la prolongación de la pacificación de la Meridiana, desde la calle de Felip II hasta el paseo de Fabra i Puig, y la transformación del paseo de la Mar Bella. De hecho, estos proyectos figuran en el documento que el PSC hizo llegar a Barcelona en Comú para cerrar un acuerdo de presupuestos para 2024, pero el partido de Colau votó en contra porque no se incluyó un pacto de governabilidad.

Una reforma diferente
De momento, esta reforma de Rosselló no tiene ni presupuesto ni calendario. Fuentes municipales dicen que el gobierno sacó el proyecto de los presupuestos participativos porque no se había podido concretar ni ejecutar en el tiempo previsto, entre 2019 y 2023. Ahora, se quiere hacer una pacificación diferente. De donde los socialistas sí que dan más detalles es de la reforma de la Meridiana, con 3,5 millones para este año y 26 para el conjunto del mandato, y de la remodelación de la Mar Bella, con seis millones para 2024 y 21,3 hasta el año 2027. Curiosamente, en la propuesta de presupuestos del gobierno solo figuran 81.000 euros para la reurbanización de la Mar Bella.
La pacificación de Rosselló de los presupuestos participativos fue el proyecto más votado en el distrito del Eixample, con un coste de 875.000 euros. La propuesta preveía completar la red de ejes verdes de la Esquerra del Eixample en la calle de Rosselló, desde la Modelo hasta el Hospital Clínic, conectando los jardines de Montserrat, el espacio de gente mayor del barrio, la Escuela Industrial y varios centros educativos y deportivos. La iniciativa había superado todas las fases y tenía incluso el proyecto ejecutivo hecho. Entre las entidades que impulsaron esta transformación figuraban Eixample Respira, la asociación de vecinos de la Esquerra del Eixample y el AFA Xirinacs. Cuando se canceló la reforma, los colectivos criticaron el «desprecio» del gobierno a la participación ciudadana.

Otros presupuestos participativos cancelados
El proyecto de la calle de Rosselló no ha sido el único de los presupuestos participativos cancelados por Collboni. En el Eixample mismo, el PSC ha dejado sin ejecutar el carril bici de la plaza de Catalunya y los ecoxamfrans de la calle de Aragó. También se ha quedado por el camino el huerto urbano del Clot; la urbanización de la calle de Romaninar, en el distrito de Sarrià-Sant Gervasi; la rehabilitación de las casetas del pasaje de Piera de la Colonia Castells, en les Corts, y las mejoras del lago de los jardines del Baix Guinardó, ya que en este lugar se tiene que instalar la carpa provisional del mercado de la Estrella, que podría acabar a los tribunales porque un grupo de vecinos se opone.