Gerardo Lertxundi, consejero delegado de Transportes Metropolitanos de Barcelona (TMB) los últimos cuatro años, se ha despedido de la empresa en una larga carta enviada a la empresa, a la cual ha tenido acceso TOT Barcelona, en la cual califica su cese de “salida repentina”. El pasado 15 de diciembre, TMB anunciaba que prescindía de Lertxundi. Oficialmente, la salida de Lertxundi será el 19 de diciembre, una vez se haya celebrado el consejo de administración y tome posesión el nuevo consejero delegado, que será Xavier Flores, hasta ahora secretario general de Infraestructuras del Gobierno español. TMB está presidido por Laia Bonet, primera teniente de alcaldía del Ayuntamiento de Barcelona.
“La comunicación de mi relevo ha sido muy repentina”, escribe Lertxundi. El alto cargo explica que participó hace dos semanas en el último consejo de administración “y hace solo tres días estaba trabajando en un nuevo modelo organizativo que hace meses había presentado a nuestra presidenta y que quería presentar al consejo de administración y poner en marcha en enero. Y hace tres días estaba acabando con el AMB (Área Metropolitana de Barcelona) el cierre de las cuentas de las empresas de TMB del ejercicio 2023, y que afortunadamente será equilibrado, y también habíamos avanzado ya mucho y de forma muy constructiva en el nuevo contrato programa con el ATM (Autoridad del Transporte Metropolitano)”. “No me hacía nada intuir esta salida repentina”, afirma.

“Relación sindical muy deteriorada”
Lertxundi llegó a TMB el octubre de 2019 de la mano de la entonces presidenta Rosa Alarcón. “Recordamos especialmente en TMB su periodo de presidencia como ejemplo de dedicación, transparencia y trabajo en equipo”. “Nos encontramos con enormes dificultades, empezando por una relación sindical muy deteriorada en general y, especialmente, en el metro. Recuerdo que los cuatro años anteriores había habido cincuenta y siete días de huelga a TMB”. También pone énfasis en “un grave problema para la salud del personal del metro totalmente enquistado como era el amianto” y en unos convenios, “tanto en el bus como en el metro, caducados y con unas expectativas de negociación casi imposibles”. “Afortunadamente, los primeros meses pudimos empezar a canalizar con mucho diálogo aquellos problemas que puedo asegurar que no tenían fácil solución”, añade.
Lertxundi afirma que la pandemia ha sido “la situación más compleja nunca vivida en los cien años de existencia de TMB”. Con el estado de emergencia y el confinamiento de toda la sociedad, “nuestras prioridades tuvieron que cambiar rotundamente. Proteger la salud de los más de 8.000 trabajadores, así como mantener el servicio activo para las emergencias y los trabajadores esenciales fueron nuestra principal tarea en un momento en el que el resto de servicios de movilidad desaparecieron de las calles y cada día morían centenares de personas”.
La complejidad de pagar las nóminas durante la pandemia
Una de las consecuencias más graves para TMB durante la pandemia, desde el punto de vista económico, es que el pasaje cayó más del 90% y, por lo tanto, los ingresos de la empresa, recuerda Lertxundi. “Se tuvieron que buscar fórmulas financieras para continuar pagando las nóminas y los costes del transporte público en aquellos momentos extraordinarios. Junto con Alarcón buscamos el dinero bajo las piedras. Trucamos ahincadamente a las puertas de Madrid y Bruselas y conseguimos que todas las nóminas de más de 8.000 personas se pagaran puntualmente sin tener que hacer ninguna regulación de ocupación en TMB”.
“La maldita pesadilla” que fue la pandemia dio paso a la guerra en Ucrania, que supuso un impacto brutal en los costes de TMB. “El precio de las energías, además de numerosos materiales, se incrementó en cifras nunca vistas con subidas superiores al 100%. Se tuvo que gestionar esta situación manteniendo la oferta de servicio público a la ciudadanía y sin haber recibido aportaciones extraordinarias de las administraciones”, destaca.
Renovación de la flota de autobuses
Lertxundi asegura que durante su etapa “se ha abordado la renovación de la flota de autobuses y trenes más grande de toda la historia de TMB”. “En este periodo se ha hecho un salto gigante en la sostenibilidad con la incorporación masiva de la flota cero emisiones con autobuses eléctricos y de hidrógeno. Para llevar a cabo estas inversiones, añade, “ha sido fundamental la gestión de los fondos europeos en los que las sociedades de TMB han sido las que más fondos han conseguido entre todas las administraciones y sociedades públicas o privadas. Se han obtenido en coordinación con lel AMB y numerosos ayuntamientos más de 200 millones de euros en subvenciones a fondo perdido”.

Además, el aún consejero delegado sostiene que entre 2019 y la actualidad se han llevado a cabo numerosas actuaciones a la red de metro, como nunca se habían hecho, ”para mejorar la seguridad y para disminuir las vibraciones que tanto afectaban las viviendas en numerosos barrios y municipios de toda el área metropolitana”. Destaca también el “salto enorme” en la digitalización de TMB y los grandes adelantos promovidos en los ámbitos de la transparencia, el buen gobierno y la contratación pública. “Hoy, la situación a TMB es indudablemente mejor que hace cuatro años, con una flota muy moderna y con una recuperación extraordinaria del transporte público en cifras históricas nunca vistas, con unos convenios laborales en bus y metro firmados por los próximos años, con un plan estratégico