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Barcelona vuelve a replantearse la red de autobuses interurbanos

La prolongación de la línea L2 del metro hasta la Zona Franca, pasando por Montjuïc, ha eclipsado el segundo acuerdo, sobre movilidad, que surgió de la reunión entre el alcalde Jaume Collboni y la consejera de Territorio, Sílvia Paneque. Las dos administraciones con sede en Sant Jaume crearán un «grupo de trabajo» para reorganizar la red de autobuses interurbanos en Barcelona. Una declaración de intenciones que se traduce en dos ideas prácticas: más estaciones y cambios, o posibles cambios, en el recorrido de algunas líneas. «La voluntad es incluir en las concesiones futuras nuevas paradas que liberen el centro de Barcelona», apuntaba Paneque. «Es obvio que necesitaremos más paradas conectadas con las entradas a la ciudad; la Meridiana, la Gran Via y la Diagonal», añadió el alcalde. Actualmente, Barcelona tiene las estaciones de Fabra i Puig, la estación del Nord y la de Sants.

Sin ningún detalle más, ambos han acordado tener una propuesta firme de cara al 2028, momento en que la Generalitat debe renovar las concesiones a las empresas que operan el servicio. Una decisión que, lejos de ser celebrada, ha generado impotencia entre las entidades vecinales y de movilidad sostenible. En Meridiana, donde los vecinos denuncian una estación «encubierta» a la altura de Garcilaso, advierten que «hace un año y medio que escuchamos la misma cantinela». Oleguer Méndez, referente de urbanismo de la AVV Sagrera, se queja del «horizonte 2028» que dice Collboni, demasiado lejano. Es lo mismo que critica el técnico de la Plataforma del Transporte Público (PTP), Pol Méndez: «Es como si ahora salen a decir que estudiarán cómo hacer la ampliación del tranvía… pero si es la obra más estudiada! Con los autobuses pasa similar, no se ha estudiado tanto, pero también se han hecho decenas de propuestas. Ahora hay que actuar, aunque sea con actuaciones provisionales».

Los planes del ATM en 2021

El historial de la Autoridad del Transporte Metropolitano (ATM), el organismo público de quien depende la gestión, les da la razón. El Plan Director de Infraestructuras 2021-2030 ya apuntaba «la necesidad de mejorar la conectividad entre la red ferroviaria y el sistema de transporte público por carretera». Es más, el plan mencionado ya plantea «la creación de tres nuevas estaciones en el ámbito de Zona Universitaria, Francesc Macià y Plaça Espanya». Es decir, dos estaciones que darían cobertura a los autobuses que entran y salen de Barcelona por la Diagonal y una tercera, la de la plaza de España, que alojaría a los que entran por la Gran Via. Son estaciones que se sumarían a la intermodal de la Sagrera, aún sin fecha y que también acogerá el AVE y parte de Rodalies.

Estación del Nord de autobuses / Jordi Play

El ATM llegó incluso a poner fechas y presupuesto. Dividía las obras en dos fases, una primera para el intercambiador de la Zona Universitaria y una segunda para la estación de Francesc Macià y Plaça Espanya. La redacción del primer «estudio informativo», pensado para la Zona Universitaria, se preveía para el mismo año 2021. Las otras dos estaciones, que se planteaban «a más largo plazo», se dibujaban al lado mar de Francesc Macià y en el subterráneo de la plaza de España.

Hace cinco años, el conjunto de las tres obras estaba valorado en 80 millones de euros y las conclusiones del ATM eran claras: «Las tres nuevas estaciones de autobús permiten una mejor redistribución de flujos en el ámbito del Barcelonès Sud y Baix Llobregat. Con todo esto, se espera lograr una racionalización de los servicios y un ahorro en tiempo de viaje por parte de las personas […] También se obtienen beneficios ambientales y sociales tales como una reducción en el número de vehículos (que implica la reducción del efecto invernadero) y la mejora de la eficiencia energética del sistema de movilidad».

Pol Méndez teme que el nuevo grupo de trabajo que impulsarán el Ayuntamiento y la Generalitat «dilatará los plazos» de las futuras estaciones. De hecho, desde la PTP ven el anuncio del lunes como la confirmación «de que no se hará nada durante este mandato». El técnico reconoce que los estudios «tienen que actualizarse», pero insiste: «Tener que esperar otro grupo que estudie algo que ya se ha estudiado y, en todo caso, de cara a 2028, consideramos que es insuficiente». Por eso pide a las dos administraciones que abran la puerta a crear estaciones provisionales. «Es probable que Francesc Macià y Plaça Espanya estén condicionadas a las obras de la L8 de FGC y hay que actuar con decisión. Mientras tanto, se podría hacer una estación provisional en superficie en España, por ejemplo», remarca.

Pla obert de l'exterior de l'estació de tren de Sants, el 13 de març del 2020 (Horitzontal) | Aina Martí (ACN)
La estación de tren de Sants es uno de los intercambiadores que hay ahora en Barcelona | Aina Martí (ACN)

¿Qué pasa con los autobuses del Vallès?

Tan cierto es que el ATM ya detallaba años atrás un plan para los autobuses del Baix Llobregat, como que este mismo plan casi no plantea una idea clara para el transporte del Vallès, que últimamente ha generado conflictos en la Meridiana con los vecinos de Sagrera y de Navas. En este sentido, la reordenación que avanza Collboni deberá planificar cómo se articula la red de autobuses en esta zona de la ciudad.

Paradas de bus avenida Meridiana / Garcilaso | Jordi Play

El problema, de nuevo, son los plazos. El sacerdote de la parroquia Joan Bosco de Navas, Jesús González, explica al TOT que su tramo de acera está lleno de pasajeros «todo el día» y suspira al ver que la solución se alargará «cuatro años más». Oleguer Méndez tampoco expresa mucho optimismo con el anuncio, que compara, con ironía, con las comisiones que crean las asociaciones vecinales. «Hay un problema, se crea una comisión y la comisión nunca se pone de acuerdo».

El líder vecinal cree que Collboni y Paneque «asumen que hay un problema», pero que improvisan «a golpe de titular». Los vecinos se suman a la petición de la PTP, que pide pasar ya a la acción. En la Sagrera recuerdan que hay, eso aseguran, 1.200 autobuses diarios en Meridiana e insisten en que, antes de iniciar cualquier estudio, se deben ejecutar las medidas ya acordadas. Hasta ahora, el Ayuntamiento ha acordado con la Generalitat un cambio de sentido para autobuses en Espronceda y otro a la altura del Clot, de manera que los vehículos ya no tienen que entrar al barrio para dar la vuelta. Pero no es suficiente. «Un 40% de los autobuses debían quedarse en Fabra i Puig, y un 10% debían ir hasta el Clot. No tenemos esperanza en el grupo de trabajo porque ni esto se está cumpliendo», concluye Méndez, resignado.

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