El gobierno de Jaume Collboni parece que desencallará la reforma de la parte alta de la calle de Balmes. El proyecto suma nueve años de atrasos, pero ahora, por fin, se ejecutará. En una nota de prensa de este miércoles, el Ayuntamiento asegura que las obras empezarán en otoño y tendrán un coste de siete millones de euros, a pesar de que en la propuesta de presupuestos presentada por el ejecutivo municipal no hay ninguna partida específica. La remodelación prevé pacificar el tramo entre la plaza de Molina y la ronda de General Mitre y la previsión es que esté terminada 15 meses después.
La comisión de gobierno aprobó inicialmente la semana pasada el proyecto de mejora de esta parte de Balmes, en el distrito de Sarrià-Sant Gervasi. De momento, la segunda parte de la reforma, entre la ronda de General Mitre y la plaza de Joaquim Folguera, no se hará, a la espera de que las obras de construcción de la L9 del metro lo permitan, y haya dotación presupuestaria.

Pacificar la calle y un carril menos
El objetivo de esta reforma es pacificar la calle de Balmes, reduciendo los carriles de circulación, ampliando aceras y ganando más verde. Las nuevas aceras tendrán una anchura mediana de 4,35 metros en cada lado, de forma que crecerán en 1,90 metros respecto a la medida actual. En total, se actuará sobre una superficie de 15.000 m². El proyecto prevé también plantar 110 árboles.
De los cuatro carriles actuales, dos por sentido de la circulación, se pasará a tres en total, es decir, con la reforma se perderá uno. De los tres carriles, dos serán de subida en sentido montaña –uno para el tráfico privado y uno de compartido para buses y tráfico privado– y uno de bajada en sentido mar para buses y tráfico privado. También habrá un carril de servicios junto a la acera Besòs, con unos 130 metros lineales de plazas de carga y descarga, 147 plazas de aparcamiento para motos, cuatro plazas de aparcamiento para vehículos de personas con movilidad reducida, paradas de bus y contenedores.

Con las obras, y para facilitar los desplazamientos, se harán nuevos pasos de peatones en la plaza de Molina, en la confluencia de Sant Hermenegild con Copèrnic (en el lado mar), y en Pàdua (en el lado montaña). También se harán aceras pasantes en los cruces con la calle de Putxet, Sant Hermenegild con Copèrnic, y Francolí. Además, se renovará la pavimentación de todo el ámbito y se mejorará el sistema de recogida de aguas.
Más tramos pendientes
El tramo de las plazas Molina y de Joaquim Folguera no es el único de Balmes pendiente de una reforma. Ejecutadas ya las reurbanizaciones desde la Diagonal hasta la plaza de Molina y desde la Diagonal hasta la Gran Vía, permanecen también olvidadas las remodelaciones entre la plaza de Joaquim Folguera y la plaza Kennedy y entre la calle de Pelai y la Gran Vía, esta parte con proyecto hecho desde 2016.
Hasta ahora, la última reforma que se había hecho era desde la Diagonal hasta la plaza de Molina, que se ejecutó con Xavier Trias de alcalde. El gobierno de Trias dejó preparado el proyecto desde la plaza de Molina hasta la plaza de Joaquim Folguera, pero durante los dos mandatos de Ada Colau la remodelación quedó olvidada, ya que solo se revisó el proyecto entre los años 2017 y 2018, pero una vez hecho quedó de nuevo a los cajones.