El Ayuntamiento de Barcelona cortará el puente de la calle de Santander el próximo 2 de julio por obras de mejora y adecuación. El proyecto pretende acercar los barrios de la Verneda, la Pau y el Bon Pastor y hacerlo más accesible para peatones y bicicletas. El puente actual solo es accesible para coches y la pasarela instalada a los lados no está habilitada a personas para movilidad reducida. A pesar de que en un primer momento la remodelación del puente estaba prevista iniciarla en septiembre, el Ayuntamiento avanza las obras y empezará el proyecto de reforma cortando el puente a partir de domingo.
El corte en sentido Llobregat se hará entre la calle Balmes y la Vía Tarajana y el desvío de vehículos se hará en la calle de Balmes pasando por la rambla de Guipúzcoa para poder cruzar hacia la rambla Prim. Del mismo modo, los vehículos tendrán que hacer un itinerario parecido desde rambla de Delgado para cruzar a la otra banda en sentido Besòs. Las obras consisten en el levantamiento de toda la calzada y en un principio se acababan a principios de 2024, pero el adelanto de estas podría hacer que este tiempo se vea acortado y el puente estuviera habilitado antes de que acabe el año, en teoría el 3 de septiembre debería estar acabado. La obra tiene un coste total de 9,92 millones de euros.
Proyecto enmarcado dentro del plan Superilla Barcelona
El nuevo proyecto implica un nuevo puente más moderno con aceras de entre 3,3 y 4,5 metros, cosa que comportará más comodidad de cara a los usuarios que vayan a pie o utilicen vehículos de movilidad personal. El gobierno explicó que la obra pretende unir dos barrios con un puente mucho más accesible qué el que hay hasta ahora. Con todo, este es uno de los proyectos enmarcados en el plan Superilla Barcelona, con el que se pretende acabar priorizando en un futuro las personas que se muevan en transporte público, además de crear una ciudad con bordes más anchos y más vegetación y no con tanta presencia de carreteras y coches.