El primer día del corte de la línea L4 de metro entre las estaciones de Verdaguer y Trinitat Nova ha pasado la primera prueba con buena nota por parte de los usuarios y considerables aglomeraciones en la calle esperando el servicio alternativo de bus que ha puesto TMB mientras duran las obras. “Es como si hubiera metro, no hay ninguna pérdida de tiempo”, explica en declaraciones a la Agencia Catalana de Noticias (ACN) Miquel Malqui, viajero asiduo de la línea.
Considera que, para ser el primer día, el dispositivo ha funcionado “bastante bien”, ya que casi no ha tenido que esperar para hacer el trayecto hasta Verdaguer. En cambio, los viajeros que hacen el trayecto en sentido contrario se han encontrado con aglomeraciones en el tramo de la calle Provença, entre Bailèn y paseo de Sant Joan, donde se ha habilitado la parada del autobús especial. Han coincidido los pasajeros que hacían el cambio de la L5 a la L4, los pasajeros habituales de la L4 que bajan en Verdaguer y los que llegaban con el bus o lo estaban esperando.

Las aglomeraciones no han pasado desapercibidas para los vecinos de la zona, que han lamentado la saturación de unas calles que normalmente ya van llenas de viajeros y turistas. “Había un poco de gente en el autobús”, ha lamentado Montse Costa, que ha tenido que cambiar el metro por el bus. “La frecuencia quizá se tendrá que ir adaptando en función de la gente”. Costa considera que el hecho de que las paradas de bus estén tan “cerca del metro” no ayuda, aunque reconoce que, tratándose de un servicio alternativo, “no hay muchas opciones”.
Otros usuarios estaban más despistados, como Ángela Martínez, que se ha encontrado que “había afectaciones” para ir hacia La Pau y “enseguida” ha encontrado las indicaciones para llegar hasta el bus. Núria Valdivieso, que ya sabía que había el corte, se ha quejado de que para ir de Sant Pau a Verdaguer ha tardado media hora y cree que la ruta del bus “puede mejorar un poco”, ya que “da una vuelta exagerada” y a esto hay que añadir que “hay mucho tráfico”.

Obras en dos fases
Las obras en la L4 entre Verdaguer y Trinitat Nova se alargarán hasta el 31 de agosto, mientras que del 1 al 7 de septiembre se limitarán las afectaciones al tramo entre Maragall y Trinitat Nova. TMB trabaja para renovar la vía de las zonas afectadas de manera “integral”, incluyendo el balasto de hormigón. El cambio permitirá hacer un mantenimiento “más eficaz” y, de paso, resolver “algunos problemas de vibración” que afectaban al tramo en obras. También se construirá un nuevo pozo de ventilación en Guinardó que durante las obras se utilizará para extraer el material. La Generalitat aprovechará los trabajos para renovar la señalización del tramo afectado de la L4 con unas actuaciones que costarán unos 10 millones de euros y que incluyen un nuevo escape en Maragall y la puesta en servicio de los nuevos enclavamientos de Trinitat Nova, Via Júlia, Girona y Maragall. Las obras afectan también a la L11, que hasta el 7 de septiembre verá interrumpido el servicio entre Trinitat Nova y Casa de l’Aigua.


