Todos los servicios relacionados con la muerte, desde el tanatorio hasta el coche fúnebre, pasando por los recordatorios o los dulces y el café que se ofrecen en las salas de velatorio. Están gravados con un 21% de IVA. Unos servicios, por cierto, que en países como Portugal, Italia, Dinamarca, Finlandia, Irlanda, los Países Bajos y Suecia tienen consideración de esenciales y no tributan. Además del Estado español -desde que en 2012 el gobierno de Mariano Rajoy aumentó la tributación de los funerales del 8% al 21%, Grecia, Hungría, Letonia, Estonia, Lituania, Bulgaria y Austria también consideran que morir es un lujo. En el caso de Barcelona, donde todos los servicios funerarios son privados, el cálculo medio del coste de un funeral es de 4.500 euros para alguien que no disponga de un seguro de decesos. El TOT Barcelona calculó con precios publicados de 2023 de todas las funerarias que operan en la ciudad, que un funeral estándar en la ciudad, para quien no tenga cobertura de seguro, asciende hasta los 4.500 euros. Mucho más de los 2.500 que en 2016 se contabilizaba que podría costar un funeral si el Ayuntamiento creaba una funeraria pública. El promedio en Cataluña es de 3.750 euros. Según un estudio de la OCU, Barcelona ocupa la décima posición en el ranking de ciudades más caras para morir. Después de Vigo, Madrid y Alicante son las más caras.
Entre los gastos que se afrontan en un funeral y que ha analizado la OCU para comparar precios, están la incineración o el entierro en el cementerio (646 euros), el servicio de tanatorio (546 euros), las esquelas (319 euros), el personal y el servicio (291 euros), el coche fúnebre (211 euros), las gestiones (205 euros), las flores (186 euros), el ataúd (1.198) y otros gastos (137 euros). Y a partir de aquí, se pueden sumar extras de todo tipo. Naturalmente, para ser enterrado en uno de los nueve cementerios de la ciudad es necesario que la familia disponga de uno de los 360.000 nichos -de propiedad o de alquiler– que hay en los cementerios de la ciudad, de un panteón o de una lápida. Y si no lo tiene, deberá pagar un alquiler del nicho. La otra opción es un depósito de cenizas por 7,98 euros al mes.

En el caso de la capital, el sistema de oligopolio es muy evidente. Hay pocas funerarias que controlan el negocio, como Áltima y Mémora, que en Barcelona tienen un casi monopolio, sino que también tienen detrás compañías aseguradoras de decesos como accionistas. Por poner un ejemplo, en 2023, la aseguradora Catalana Occidente compró Mémora, que a su vez, ya era propietaria del 100% de los Servicios Funerarios de Barcelona. En la ciudad de Barcelona, Mémora gestiona los tanatorios de les Corts, Sancho de Ávila, Sant Gervasi y el parque funerario de Collserola.
En Cataluña hay casi 300 tanatorios, gestionados por una sesentena de empresas. Pero en la práctica, entre una decena de operadores controlan el 70% del mercado. Y Mémora y Áltima son los dos grandes grupos privados que monopolizan el servicio en grandes ciudades. Con las excepciones de Terrassa, Reus y Palma, que tienen funeraria pública y ofrecen una alternativa con precios más bajos frente a grandes operadores que también tienen tanatorio.
Los entierros que paga el Ayuntamiento de Barcelona
El Ayuntamiento fija las tasas del servicio de inhumación y de las concesiones de las sepulturas y el precio de incineración. El precio final de incineración es de 570,22 euros, y el de inhumación, de 281,78 euros si ya se dispone de sepultura. Si no, hay que elegir una de las múltiples posibilidades de concesión de sepultura. Pero ¿qué pasa si el difunto muere sin ingresos o no tiene familiares que se hagan cargo? Si el difunto está empadronado en la ciudad, se comprueba qué ingresos tiene su unidad familiar. En el caso de la muerte de una persona sola que no tenga ningún ingreso, el Ayuntamiento se hace cargo del entierro o la incineración del cuerpo. Y si tiene ingresos, pero son insuficientes, el entierro o la incineración pueden ser gratuitos o bonificados. El consistorio ha fijado un baremo en función del Indicador de Suficiencia de Cataluña (IRSC), que actualmente está fijado en 614,65 euros mensuales y 8.605,15 euros anuales.


