Es casi imposible que de pequeños no hayamos usado unas zapatillas Victoria. Blancas para vestir elegante, de colores más sufridos para jugar… Este calzado, centenario y con origen en un pequeño pueblo de La Rioja, ha marcado la indumentaria de muchos de nosotros, al igual que lo han hecho las abarcas. Fundada en el año 1915, la marca exporta actualmente su calzado a más de 50 países, pero hasta ahora solo se vendía en canales multimarca, sin tienda propia. Y ahora, con ciento diez años de historia a sus espaldas y modelos de calzado que triunfan bajo el concepto de moda urbana -además de los modelos clásicos reinventados-, Victoria da un gran paso, y ha elegido la capital de Cataluña para hacerlo. En el número 39 de la calle de Canuda, en el barrio Gótico, ha abierto la primera tienda física de la historia de la marca hace tan solo unos días.

150 metros cargados de recuerdos
El espacio tiene 150 m² repartidos en dos plantas donde están las colecciones de mujer, hombre y niños, y las zapatillas están expuestas en paredes de aluminio o en bloques de vidrio de colores. Ahora bien, esta primera tienda no significa que Victoria deje de comercializar sus productos donde hasta ahora lo ha hecho, simplemente es una nueva experiencia de compra totalmente compatible con la venta que hasta ahora les ha reportado un gran éxito comercial.
Con el objetivo de mejorar las tradicionales alpargatas, la creación de Gregorio, el fundador de la marca, evolucionó hasta crear un zapato de lona con una suela de goma que se convirtió en un símbolo de una generación durante la década de 1980. Entrar en esta tienda será una experiencia del siglo XXI, pero también un viaje sentimental para todos los que de pequeños llevaron unas Victoria. Y si se preguntan por qué Victoria, la razón es que era el nombre del primer amor del fundador de este calzado.