En el subsuelo de Barcelona ha habido mucha vida. No solo en los vestíbulos del metro o de los FGC. También ha habido vida comercial, y de hecho, la capital de Cataluña puede presumir de haber tenido las primeras galerías comerciales subterráneas de Europa. La época dorada de los almacenes comerciales en la ciudad desde finales del siglo XIX con el primer almacén abierto en 1881 –El Siglo– hasta el año 2000, cuando se cerró el mítico Sepu, también incluye Galerías Avenida de la Luz. Estuvieron abiertas entre 1940 y 1990, bajo la calle Pelayo, hasta la calle Vergara con Balmes. De hecho, esta galería estaba construida desde 1929, como túnel de servicio de la estación de FGC de plaza Cataluña, pero al terminar las obras quedó olvidada. Y fue Jaume Sabaté y Quixal, afín al franquismo, quien al terminar la Guerra Civil decidió dar un uso a este vestíbulo subterráneo. Con solo 175 metros de largo, abrió con 68 tiendas de todo tipo, incluso un cine, impulsado por Pere Balañá.

Los almacenes abrieron en 1940 bajo la calle Pelayo

Churros y lápidas

El proyecto se había inspirado en unas galerías comerciales que había visto en París, y su idea era que se convirtieran en un atractivo turístico para la ciudad. Se instalaron tiendas de ropa de alta gama, joyerías, peluquerías, estancos y bares. A partir de los años sesenta, se diversificaron negocios, con la entrada de establecimientos como casas de apuestas del canódromo, churrerías, lavanderías, armerías e incluso una tienda de lápidas para tumbas y nichos.

Progresivamente, las galerías fueron perdiendo clientes y se degradaron. El cine pasó a ser una sala de porno y, como decía Loquillo en una canción con el título Avenida de la Luz, era un buen lugar para “acabar las borracheras”.

El final de la historia de esta vida subterránea se escribió el 21 de mayo de 1990, cuando la galería comercial puso punto final a una aventura de medio siglo. ¿La razón? La construcción del complejo comercial El Triangle, a pocos metros -con el FNAC como principal reclamo-, sumado al hecho de que las galerías no llegaron a ampliarse nunca, fue su sentencia de muerte.

La historia de las Galerías Avenida de la Luz se suma a la de El Siglo, Almacenes El Barato, el SEPU, Almacenes Vilardell, Almacenes El Águila, Almacenes Capitol, Almacenes Jorba, Sears o Galerías Preciados, todo un patrimonio comercial que la ciudad ha ido perdiendo.

Nou comentari

Comparteix

Icona de pantalla completa