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Trabajadores de la limpieza municipal denuncian una decena de despidos ilegales

El servicio de limpieza municipal hace casi dos años que vive instalado en cierto mal estar. Desde la entrada de una nueva empresa para gestionar los distritos barceloneses de Horta-Guinardó y Nou Barris, los trabajadores han detectado una serie de prácticas al límite de lo marcado por la Ley que ya provocaron una primera tongada de denuncias por las condiciones extremas en las cuales tuvieron que trabajar los empleados encargados de la limpieza viaria durante la temporada estival del 2023, cuando se activaron varias fases de alerta tanto diurnas como nocturnas por las altas temperaturas. La situación, sin embargo, no parece haber mejorado en los últimos meses.

Un grupo de trabajadores contratados por la compañía Valoriza -la empresa encargada del servicio municipal en estas dos zonas de la capital catalana- que prefieren mantenerse en el anonimato por miedo a represalias han decidido denunciar las circunstancias improcedentes en las cuales se han producido una decena de despidos. Según ha podido saber el TOT Barcelona, estas rescisiones fulminantes de los contratos indefinidos de los hasta entonces empleados se han producido en dos tongadas diferentes, una justo después del pasado verano y la otra más recientemente. Todos los afectados han llevado el caso a los tribunales y este mismo mes de mayo está previsto que tengan lugar los primeros juicios.

Detectives en uno de los veranos más extremos

La primera hornada de despidos empezó a gestarse antes del verano del 2023. La compañía hacía solo medio año que estaba al frente del servicio y ya había hecho llegar a los diferentes sindicatos con representación en la plantilla una lista con cambios sustanciales que quería introducir en la actividad de los trabajadores con el objetivo de reducir las pérdidas por «absentismo». Ahora bien, la concesionaria no informó de la contratación de los servicios de una empresa de detectives privados para hacer seguimientos a una serie de empleados de los cuales tenían sospechas que o bien paraban en exceso durante sus jornadas laborales o bien consumían algún tipo de bebida alcohólica.

Esta vigilancia era de cinco días consecutivos, durante los cuales el detective apuntaba los movimientos de estos miembros seleccionados de la plantilla para comprobar si llevaban a cabo algún tipo de mala práctica, que en caso de concretarse en una falta grave legalmente no tiene por qué ser comunicada a los infractores por parte de la compañía. Se da la circunstancia que este seguimiento se hizo durante los meses de junio y julio, dos de los meses en los cuales se registraron episodios de calor extremo en la ciudad. Esta situación hacía que los trabajadores tuvieran que llevar a cabo su actividad en algunos casos a una temperatura por encima del máximo de 37 grados que marca la normativa estatal, hecho que incrementaba el número de paradas que tenían que hacer en su recorrido.

El resultado de este seguimiento exhaustivo fue el despido de al menos seis empleados con contrato indefinido por faltas graves de diversa naturaleza. Entre los afectados hay personas que hacía más de 30 años que trabajaban en el servicio de limpieza municipal y que ya estaban a solo unos años de jubilarse, personas con un estado de salud delicado o incluso con algún tipo de adicción. Sus casos ya están en manos de la justicia y en las próximas semanas se celebrarán las primeras vistas por posibles rescisiones improcedentes de contrato.

El miedo al cajón de sastre del «bajo rendimiento»

La segunda tongada de despidos ha tenido lugar en los últimos meses y se han visto afectados hasta cuatro trabajadores. La razón oficial para prescindir de los servicios de los afectados -que también tenían un contrato indefinido- es su «bajo rendimiento». Sin embargo, los empleados denuncian que no ha habido ningún tipo de aviso o amonestación que alertara a estos miembros de la plantilla que su actividad laboral estaba siendo puesta en entredicho, sino que directamente les llegó la carta donde se les comunicaba el cese.

En su caso, se da la circunstancia que las rescisiones de contrato se produjeron cuando los trabajadores se reincorporaron a su lugar de trabajo después de un periodo de baja por varias cuestiones. Esto hace sospechar a la plantilla que los despidos no estaban motivados por un bajo rendimiento de los afectados, sino por esta voluntad de erradicar el absentismo entre los empleados manifestada abiertamente por la empresa, que ha llegado a organizar sorteos con premios entre los asalariados que menos bajas se cojan, tal y como ha podido comprobar este medio. Estos cuatro últimos despidos también están siguiendo la vía judicial y están pendientes del señalamiento de una fecha para el juicio por rescisión improcedente.

Personal de limpieza sacando hierba / Ayuntamiento de Barcelona
Personal de limpieza sacando hierba / Ayuntamiento de Barcelona

Todo ello ha generado un clima de tensión entre los trabajadores que ha motivado que algunos, a pesar de tener la baja otorgada, se cogieran altas voluntarias para evitar que se les pudiera acusar de bajo rendimiento o que muchos opten incluso por no parar ni un momento a almorzar durante su jornada por miedo al seguimiento de un detective. También se da el caso de que miembros de la plantilla que no han cobrado algunos de los pluses marcados por convenio cesan en la reclamación porque la compañía tiene acumulado un largo listado de reclamaciones para atender o que tampoco se luche por el cobro del sueldo íntegro cuando uno se coge una baja.

Convenio colectivo y dificultades para detectar anomalías

El TOT Barcelona se ha puesto en contacto con tres de los sindicatos con representación en el servicio de limpieza municipal. Ante esta decena de despidos denunciados, el responsable del sector de Limpieza Viaria de la UGT, Ramon Cebrián, asegura que hay una «alta probabilidad» que estos casos se ganen en los tribunales, pero insiste que no se les puede garantizar la recuperación del puesto de trabajo, ya para eso se tendría que considerar que la rescisión ha sido nula y no improcedente. Solo en este primer supuesto, la empresa se vería forzada a readmitir el trabajador de manera inmediata. Cebrián reconoce que han detectado ciertas disfunciones con la nueva empresa que atribuye a su falta de experiencia en grandes concesiones como la barcelonesa y apunta que en estos momentos se está empezando a negociar el convenio colectivo, un marco regulador que tendría que evitar que se repitieran situaciones como esta.

Desde la CGT denuncian las malas prácticas de la empresa y remarcan que, en caso de detectar problemáticas que afecten algunos de los miembros de la plantilla, se tendría que apostar por avisar e incluso sancionar antes de proceder a despedir de manera fulminante a los empleados. «No somos una empresa de producción. Nosotros recogemos basura y muchas veces lo hacemos en condiciones difíciles», afirman desde el sindicato, que considera que la compañía no está respetando el convenio vigente y alerta que muchos de los servicios se están realizando sin contar con los efectivos mínimos. La CGT también lamenta que estos despidos y la ley del miedo que parece querer instaurar la concesionaria se produce después de que la plantilla hiciera un esfuerzo durante los primeros meses del nuevo contrato para seguir con la actividad a pesar de contar con vehículos obsoletos y no tener espacios en condiciones ni para cambiarse.

Imagen de archivo de un equipo de limpieza de la Rambla / Jordi Play
Imagen de archivo de un equipo de limpieza de la Rambla / Jordi Play

Por su parte, el responsable de Negociación Colectiva y Acción Sindical de la Federación del Hábitat de CCOO en Cataluña, Carlos del Barrio, asegura que tienen constancia de la contratación de esta empresa de detectives por parte de Valoriza y subraya que en los casos en que se hayan vulnerado los derechos de los trabajadores se llevarán por la vía judicial. En cuanto al resto de despidos denunciados por parte de la plantilla, desde el sindicato apuntan que no han detectado ninguna anomalía al respecto y que, por lo tanto, no pueden actuar si no tienen conocimiento de estas prácticas supuestamente improcedentes.

Preguntadas por los despidos, fuentes municipales consultadas por el TOT no niegan los hechos, pero aseguran que como Ayuntamiento no pueden hacer valoraciones al respecto, puesto que se trata de casos «estrictamente entre la empresa y los trabajadores». Este medio también ha probado de contactar sin éxito con Valoriza para conocer su versión sobre los hechos.

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