La compra por internet se ha convertido en una práctica totalmente integrada en nuestra vida. Con las ventajas y las incomodidades que supone, como no ver el producto y haberlo pagado previamente, pero, en cambio, poderlo devolver sin demasiados problemas en muchas plataformas. Es el caso del gigante Amazon. ¿Pero qué pasa con todos los productos que un cliente compra y después devuelve -muchas veces sin ningún coste- porque no le gustan, tienen algún defecto o, simplemente, se lo ha repensado? Pues muchas veces a Amazon le resulta más caro volver a empaquetar, almacenar y devolver que destruirlos.
Y aquí es donde entra la visión de negocio de

Justamente,
Probar los productos y devolverlos
¿Y cómo funciona? Los clientes pueden comparar fácilmente los productos de la tienda y los del marketplace. En todos los productos hay un código QR que permite al cliente ver el precio de Amazon original y comprobar el descuento en el precio de la tienda. Además, el cliente tiene derecho a probar el producto en la misma tienda, y dos semanas para devolver el producto si se lo repiensa.
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