Las grandes franquicias de degustación han ganado peso en Barcelona en los últimos diez años. Si en 2014 el censo municipal de locales comerciales marcaba 83, una década más tarde registra 310. Son datos recopilados por la Agència Catalana de Notícies que demuestran que las grandes cadenas gestionan uno de cada seis locales que venden pan, pastelería y lácteos. «Competencia desleal», se quejan los restauradores, que acusan a las grandes empresas del sector de vender productos que van más allá de la panadería sin la licencia correspondiente. Las empresas, consultadas por la agencia de noticias, defienden estar «dentro del marco legal» y «seguras de estar haciendo bien las cosas».

La proliferación de cadenas de degustación, muchas de ellas operando bajo la licencia de una panadería, ha crecido y ha centrado gran parte del debate de los nuevos planes de usos que se están realizando en Barcelona. En el Clot y el Poblenou, por ejemplo, donde se está finalizando uno, el vecindario cree que hay demasiados en las calles más pobladas, como en la calle de Rogent. Sucedía lo mismo en determinadas áreas de Ciutat Vella y en el Eixample. La realidad, agrupando toda la ciudad, es que las panaderías más potentes han crecido un 273%. En 2016 había 154; en 2019 la cifra casi se duplica, con 246; en 2022 continúa el crecimiento hasta 2022; y en 2024 se llega a las 310.

Los negocios de degustación con más locales en Barcelona

No todas han crecido al mismo ritmo, eso sí. ¿Cuáles son las panaderías de degustación que más han crecido en Barcelona? Según recoge el análisis de la ACN, el epígrafe ‘pan, pastelería y lácteos’, hay un total de 1.805 locales. Entre las más grandes está el 365 Obrador (201 establecimientos), Vivari (86 locales), Granier (35), Santagloria (30). El 365 es el que más crece, ganando un centenar de locales en diez años, seguido del Viviari, que ha sumado ochenta y el Santagloria que suma una veintena más. El Granier, a pesar de cerrar algunos locales en los últimos dos años, tiene siete más que hace diez años. El mapa muestra cómo el grueso del negocio se concentra en los barrios céntricos de la ciudad: en Ciutat Vella, Gràcia, Sants-Montjuïc y el entorno de la Diagonal.

Este crecimiento molesta al Gremio de Restauración. “El concepto de degustación es una anomalía para decir algo que ya tiene nombre: cuando un lugar tiene una barra, una cafetera, unas mesas y unas sillas, esto es un bar”, ha comentado su presidente, Roger Pallerols. El Gremio de Panaderos, en cambio, se ha desmarcado de la batalla. «No es nuestra guerra», comentan, remarcando que su problema radica sobre todo en la falta de relevo generacional en los negocios pequeños.

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