Los eslóganes publicitarios de dos almacenes comerciales del siglo pasado en Barcelona exhiben claramente el tipo de cliente diferente que perseguían: «Quien calcula compra en Sepu», era la frase más conocida de los almacenes Sepu, en la Rambla y con una clara vocación para clases populares. En cambio, en Can Vilardell se dirigían a un público mucho más exclusivo, los señores de Barcelona: «La vida moderna exige vestir bien». Son dos grandes referentes comerciales de la Barcelona del siglo XX, ahora desaparecidos, pero que supusieron una auténtica revolución en la ciudad.
En esta ocasión, hablaremos de Can Vilardell. Abrieron en 1928, ocupando la planta baja y el primer piso de un edificio situado en la Via Laietana 49-51, haciendo esquina con la calle Comtal. Pero no era la primera incursión en el mundo comercial: los Vilardell acreditaban dos décadas de servicio desde que en 1907 había abierto su primera tienda en la calle Hospital 36, y otras sucursales en Nou de la Rambla 8 (1911), Carme 73 (1916), Fontanella 17 (1922) y Salmerón 17.

Camisas y corbatas para los señores de Barcelona
Can Vilardell no publicitaba descuentos, sino que apostaba por una publicidad muy emocional que intentaba marcar la diferencia. Las camisas y las corbatas eran su punto fuerte, unas prendas de ropa que, de hecho, ya buscaban un cliente más adinerado que no tenía que preocuparse por los descuentos. Y las cosas le fueron bastante bien unos años, hasta que estalló la guerra civil. La empresa fue colectivizada durante cuatro años, y después volvieron a manos de los propietarios para convertirse en uno de los almacenes más populares de Barcelona, consolidando la sección de sastrería y ropa como la más TOP de la ciudad. Durante el franquismo adoptó el nombre de Casa Vilardell. El negocio tuvo actividad cuatro décadas más, hasta los años ochenta. Entonces el edificio fue ocupado temporalmente por una comisaría de policía española. Y tras una rehabilitación integral, desde 2014 el edificio alberga un hotel.