El 20 de febrero ya no será una fecha más en el calendario. Un altar improvisado colocado este miércoles en uno de los accesos al recinto de la Fira de Barcelona en l’Hospitalet de Llobregat se encarga de dejar constancia. Este pequeño homenaje al joven de Pamplona de 21 años que perdió la vida durante las tareas de montaje del Mobile World Congress del año pasado quiere ser un antídoto contra la amnesia colectiva que parece imperar estos días en estas instalaciones, donde se está celebrando la edición de este año del popular congreso tecnológico sin que haya ningún tipo de acto en recuerdo al trabajador muerto ahora hace justo un año.
«Al stage-hand desconocido. Primera hora del 20 de febrero del 2023, montaje del MWC dentro de la Fira de Barcelona. Desgraciadamente, un joven de 21 años pierde la vida chafado. Nuestra sangre le otorga el color a vuestras alfombras. Vuestros muros nunca pararán de gritar. No olvidaremos nunca, que la tierra te sea leve», reza el mensaje que acompaña a dos pequeños ramos de flores colocados a ambos lados de uno de los paneles informativos del recinto donde tiene lugar el MWC.

El responsable de esta acción es Ángel Justel, un hombre de 55 años que sufrió un otro accidente laboral el 1 de marzo del 2019 mientras trabajaba como tramoyista (
Precariedad laboral sepultada
El altar improvisado es, pues, una iniciativa personal de Justel, que quería con esta acción evitar que muertes como estas caigan en el olvido, absorbidas por las jugosas cifras de acontecimientos de este tipo. Este exrigger ya participó el año pasado de la mano de la CNT Joaquim Costa y con la colaboración de sindicatos como la CGT en las movilizaciones que tuvieron lugar a las puertas del MWC para visibilizar las condiciones precarias en las cuales muchos empleados se ven forzados a trabajar durante el montaje de congresos como este.


