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Presupuestos municipales para 2026 centran en la vivienda: hasta 240 millones

El Ayuntamiento de Barcelona inicia la tramitación de los presupuestos municipales para 2026. Y lo hace con una apuesta muy fuerte en el ámbito de la vivienda, un área que con la reorganización del gobierno municipal de la pasada primavera pasó a manos del teniente de alcaldía de Economía, Jordi Valls. Según ha detallado este jueves Valls, se destinarán cerca de 240 millones a la construcción y ampliación del parque público de pisos sociales y a la rehabilitación. También se prevén nuevas compras de inmuebles residenciales y ayudas al alquiler y a la rehabilitación. Los recursos destinados a vivienda se incrementan un 33% respecto al año pasado. El consistorio espera llegar hasta los 10.000 pisos construidos a finales de mandato. La vivienda se convierte en la tercera inversión más importante del consistorio. La intención del gobierno es que los presupuestos y las ordenanzas fiscales se lleven a aprobación inicial la semana próxima en comisión.

Tal como ha avanzado el TOT Barcelona, el consistorio ha puesto sobre la mesa unas cuentas expansivas, las más altas de la historia, que superan por primera vez los 4.000 millones de euros. Finalmente, ascenderán hasta los 4.180,8 millones, un 8,5% más que el año pasado. En concreto, se dispondrá de unos 326 millones más respecto a 2025 «sin necesidad de incrementar los impuestos a familias y pymes», dice el Ayuntamiento en su propuesta de presupuestos. De hecho, esta congelación es el primer elemento que el gobierno de Jaume Collboni pondrá sobre la mesa para negociar las cuentas con la oposición.

El alcalde Collboni interviene en un plenario / Blanca Blay (ACN)

Más de 861 millones de inversiones

El volumen inversor municipal quiere llegar hasta los 861,8 millones para llevar a cabo grandes obras, equipamientos o actuaciones urbanas. Del total de las inversiones, 753 millones corresponden al mismo Ayuntamiento, mientras que otros 56 saldrán del Instituto Municipal de la Vivienda y Rehabilitación de Barcelona (IMHAB), 41,2 millones serán de la empresa Barcelona de Serveis Municipals (BSM) y 11,6 llegarán por parte de otras entidades.

Las ordenanzas fiscales quieren centrarse en el recargo de la tasa turística

Por otro lado, Valls ha informado que el gobierno municipal negociará los presupuestos y las ordenanzas fiscales de la mano, aunque ambas cosas se votarán individualmente. En cuanto a los impuestos y tasas, el PSC quiere subir el recargo municipal de la tasa turística en 2026 de los cuatro a los cinco euros. La idea es de ERC y prevé pasar de los cuatro a los ocho euros entre 2025 y 2029 por persona y noche en todos los alojamientos turísticos de Barcelona. Este aumento depende de que el Parlamento de Cataluña apruebe la modificación de la tasa turística. Valls ha querido dejar claro que si la cámara catalana no hace los deberes, el recargo no se podrá incrementar. Si todo va como está planificado, la previsión es que el recargo pueda entrar en vigor entre mayo y junio, con una recaudación prevista de entre seis y siete millones.

Imagen de archivo de un agente de la Guardia Urbana | Guardia Urbana

Más de 430 millones en seguridad

Otro foco en el que las cuentas municipales ponen el énfasis es garantizar la prestación de servicios públicos y las políticas sociales, con un gasto total de 994,9 millones. La seguridad será otro ámbito importante, con un gasto de 430,6 millones de euros. Se prevé incorporar 1.000 nuevos agentes de la Guardia Urbana, instalar 1.000 cámaras en la ciudad y la construcción de la nueva comisaría de la policía local en Sarrià-Sant Gervasi.

El tranvía llega a Verdaguer desde Glòries el día del estreno del servicio en día laborable/ ACN
El tranvía llega a Verdaguer desde Glòries el día del estreno del servicio en día laborable / ACN

266,9 millones destinados al transporte público

La apuesta por el transporte público supondrá una inversión de 266,9 millones por parte del consistorio. Por otro lado, Valls ha destacado que el Ayuntamiento continuará haciendo su aportación para garantizar la bonificación de los abonos del transporte público en 2026. También se incorporará una partida para la conexión del tranvía por la Diagonal, con el objetivo de licitar las obras en este mandato. Esta obra debe debatirse y votarse en la comisión de Urbanismo del 21 de octubre. Valls no ha concretado la inversión prevista para el tranvía en 2026. El total planteado es de 114 millones hasta 2030.

Algunas inversiones concretas serán las del Teatre Arnau (once millones hasta finales de mandato), el Castell dels Tres Dragons de la Ciutadella (ocho millones hasta 2027), el Pla Endreça (39,5 millones), el paseo de la Mar Bella (17,8 millones hasta finales de mandato), los planes de remodelación integral de los distritos para el año próximo, con un total de 45,7 millones, y el Pla de Barris, con 200 millones para todo el mandato.

El Teatre Arnau del Paral·lel lleno de redes y andamios / A.R.
El Teatre Arnau del Paral·lel lleno de redes y andamios / A.R.

El objetivo del alcalde, aprobar los primeros presupuestos del mandato

El objetivo del gobierno de Jaume Collboni es claro. A menos de dos años para elecciones, el alcalde quiere cerrar un acuerdo de presupuestos, que serían los primeros del mandato aprobados por la vía ordinaria, y evitar tener que recurrir de nuevo a la cuestión de confianza, una herramienta de la Ley Orgánica del Régimen Electoral General (LOREG) que permite a los gobiernos en minoría sacar adelante los presupuestos, con el límite de dos veces por mandato. En cualquier caso, las cuentas presentadas por el ejecutivo socialista saldrán adelante de una manera u otra. Valls ha reconocido que si es necesario utilizar de nuevo la cuestión de confianza se hará, aunque ahora mismo no se está en este escenario.

Hasta ahora, los dos anteriores presupuestos de este mandato que comenzó a mediados de 2023, han sido rechazados por la oposición. Solo ha contado con el apoyo de ERC. Y el PSC ha tenido que recurrir a la cuestión de confianza en 2024, y a la prórroga presupuestaria en 2025. De hecho, a principios de este año, Collboni tenía cerrado un pacto con los republicanos y negociaba un acuerdo con los Comunes, pero el gobierno acabó rompiendo las negociaciones con Barcelona en Comú por las exigencias cada vez más elevadas de estos, explicó en enero Valls.

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