La muerte de una trabajadora de la limpieza después de sentirse mal durante su jornada laboral en plena ola de calor ha obligado al Ayuntamiento a introducir cambios en los protocolos de prevención de riesgos. Tras una reunión con las cuatro empresas subcontratadas que prestan este servicio municipal, la primera teniente de alcaldía, Laia Bonet, explicaba este miércoles que se había acordado unificar los planes específicos de las diferentes concesionarias, incorporando las mejores prácticas de cada una de ellas para elevar la prevención de riesgos “al máximo nivel”. Entre las medidas pactadas, descansos de cinco minutos cada hora en episodios de fuerte calor durante la franja de más insolación, la entrega de una botella isotérmica de un litro o la modificación de los recorridos para que los operarios pasen por las zonas de más sombra durante las horas más críticas.
Una de las mejoras que se está estudiando, pero que aún no se ha aplicado es el cambio de la ropa que utilizan los trabajadores, un tejido que desde hace tiempo arrastra muchas críticas por parte de la plantilla. Así lo explicaban algunos de los afectados en este reportaje publicado este martes en TOT Barcelona, donde enumeraban otras deficiencias como la falta de aire acondicionado en los vehículos o la necesidad de comprarse ellos mismos botellas de agua durante el recorrido. Estas mismas críticas y demandas que se hacen desde el servicio de limpieza las secundan los trabajadores de Parques y Jardines del Ayuntamiento, otro departamento que también se ve expuesto a este calor intenso en unas condiciones que no son las adecuadas y que no garantizan la seguridad de los afectados.
«Lo mismo que le ha pasado a la compañera nos podría pasar a cualquiera de nosotros tranquilamente. El calor lo sufrimos diariamente». En estos términos se expresa uno de los empleados del servicio consultados por este medio, que asegura que la ropa está muy lejos de ser ligera o técnica y que hace que ya comiences la jornada laboral prácticamente sudando. La mayoría de vehículos tampoco tienen aire acondicionado y los descansos, que en su caso sí pueden ser de diez minutos cada hora, se hacen a la sombra, pero no en un espacio con una temperatura adecuada. Ante episodios extremos de calor como el que se ha vivido los últimos días en la capital catalana, el servicio sí cuenta con protocolos detallados, pero estos son a menudo muy enrevesados y o bien no llegan a los empleados o bien acaban generando más confusión entre la plantilla, que muchas veces no sabe bien bajo qué fase de alerta se activan unas u otras medidas.
Adaptación de los puestos de trabajo y reducción de la jornada
Desde la sección sindical de la CGT en Parques y Jardines hace tiempo que reclaman poner solución a estas deficiencias y que los efectos del calor se tengan en cuenta a la hora de evaluar los riesgos para la salud de los trabajadores, ya que esta -según denuncian- no es una variable a la hora de adaptar los puestos de trabajo a las necesidades de empleados y empleadas que tengan una cierta edad, tomen una medicación específica o estén embarazadas. Otra de las medidas que el sindicato pone sobre la mesa es la reducción de una hora diaria de la jornada durante la época estival para así al menos reducir la exposición al sol durante la franja de más insolación. Esta medida ya se aplica con el personal de oficina y despachos, pero no con los que cuidan los espacios verdes de la ciudad a pie o en vehículo, e implicaría hacer jornadas de siete de la mañana a las dos menos cuarto.