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El cambio climático amenaza el 14% del PIB per cápita de Barcelona

Los efectos del cambio climático pueden provocar una caída de hasta el 14% del PIB per cápita de Barcelona en 2050, según un estudio de la Cámara de Comercio y AXA Climate que analiza el impacto del calentamiento global en el tejido productivo de la ciudad. El informe sitúa a la capital catalana como la ciudad europea con más muertes relacionadas con el calor extremo de aquí a final de siglo si se mantiene el nivel actual de emisiones contaminantes y no se toman medidas drásticas para adaptar la actividad laboral y social a las altas temperaturas. Además, el documento advierte que las lluvias torrenciales asociadas a danas son el «principal riesgo» de inundaciones, que podrían llegar a afectar al 40% de los vecinos del centro de la ciudad.

“La crisis climática es también un asunto de la empresa”, ha dicho el presidente de la Cámara de Comercio, Josep Santacreu. Las últimas inundaciones en las Tierras del Ebro o la sequía que sufrió Cataluña durante tres años son ejemplos de cómo el cambio climático amenaza la actividad económica del país. La falta de lluvia llegó a “poner en riesgo” el 80% del PIB catalán, según el presidente de la Cámara. “Afortunadamente, comenzó a llover, pero el aprendizaje es que necesitamos planificar”, ha advertido. El estudio advierte que, aunque son fenómenos opuestos, las inundaciones y el calor extremo y la sequía están “interrelacionados” y hay que afrontarlos como un conjunto. “Las actividades más afectadas serían la agricultura, construcción, industria y turismo, esta última por la inclinación de los turistas de hacer sus vacaciones en lugares con temperaturas más templadas”, según la experta en gestión de riesgos de AXA Climate, Claudia Ylla.

Lluvia intensa en Barcelona / Europa Press

El impacto de las inundaciones en Barcelona

El estudio de la Cámara de Comercio y AXA calcula que a mediados de siglo habrá unos 610.000 barceloneses expuestos a inundaciones, una cifra que podría aumentar hasta los 637.000 si los sistemas de defensa contra las crecidas son “obsoletos” o “deficientes”. En este sentido, el principal riesgo que afronta la capital catalana son las inundaciones fluviales vinculadas a las danas. Si no se toman medidas, en 2050 las afectaciones podrían llegar al puerto y al aeropuerto, dos infraestructuras críticas para la economía no solo de Barcelona, sino también de Cataluña.

Los autores del informe advierten que las inundaciones recurrentes pueden tener un impacto importante si no se toman medidas de protección. Así, estiman que la superficie de la playa de Barcelona se podría reducir un 17% por el aumento del nivel del mar, mientras que los daños a edificios vinculados a las inundaciones crecerán un 40% y alcanzarán los 260 millones de euros. Las superficies “altamente inestables” para peatones y coches aumentarán un 30%. Con las “medidas de adaptación” pertinentes, el impacto de las inundaciones podría reducirse entre un 70% y un 100%.

Una imagen de archivo del Puerto de Barcelona / Europa Press
Una imagen de archivo del Puerto de Barcelona / Europa Press

Calor extremo y sequía

Barcelona sufrirá un aumento “drástico” de las temperaturas hasta el 2100. Esto hará que los episodios de calor extremo se multipliquen por 11 y las noches tropicales —la temperatura mínima no baja de los 20 °C— se triplicarán respecto de la media anual. Además, de aquí a final de siglo se pueden producir 250.000 muertes adicionales por el calor si no se toman medidas para reducir los niveles de contaminación y mitigar el calentamiento global. “La multiplicación de la cantidad, la intensidad y la duración de las olas de calor impactan las principales actividades de Barcelona y el resto de Cataluña”, apuntan la Cámara y AXA.

La capital catalana y el área metropolitana también son muy susceptibles a los episodios de sequía, que cada vez serán más recurrentes y provocarán un encarecimiento de los alimentos, un deterioro de las infraestructuras, menores rendimientos agrícolas o el cierre de las actividades intensivas en agua, entre otros. En caso de sequía “extrema”, las administraciones deberían dar “prioridad” a la población y la agricultura, por lo que la industria debería ser “lo menos vulnerable posible” para poder continuar con sus actividades.

La producción agrícola se verá “directamente afectada” y señala la exposición “muy alta” al sol y el esfuerzo físico de los trabajadores. Un escenario similar se vivirá en el sector de la construcción, que representa más de un tercio de las muertes laborales por calor, y la industria y las manufacturas, donde puede haber “riesgo de agotamiento, accidentes y enfermedades crónicas”. En el sector terciario, el impacto del cambio climático será sobre todo en el turismo, ya que el aumento de las temperaturas modificará los patrones de viaje de los turistas y puede desplazar parte de la demanda hacia climas más frescos.

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