El Port de Barcelona y el Ministerio de Transportes han puesto en marcha un dron que controla las emisiones contaminantes y posibles vertidos de barcos que se encuentren al recinto portuario. De este modo, la entidad espera mantener a raya los barcos para que cumplan con la normativa de sostenibilidad. De momento, pero, el dron no se implementará. Se trata de una prueba piloto de cinco meses que pretende recoger información sobre los niveles de óxidos de azufre y dióxido de nitrógeno de las embarcaciones. El control afectará barcos atracados y fondeados, también los que estén en tráfico por los canales exteriores de acceso al Port de Barcelona y los que estén realizando maniobras en aguas interiores del recinto portuario.
El dron es de una empresa griega y está equipado con sensores de gas y cámaras. Se tiene que hacer funcionar desde una base móvil y este primer prototipo tiene una capacidad de vuelo de cuatro horas diarias. Además, su rango de vuelo es de 10 kilómetros. El plato fuerte de este invento, pero, es su precisión en la hora de detectar malas praxis. En caso de que el aparato detecte incumplimientos de la normativa de emisiones, los inspectores realizarán una inspección a bordo del barco en cuestión, tomarán muestras del combustible y, si hace falta, abrirán un expediente sancionador.

Una normativa más exigente que la tradicional
La normativa medioambiental del Port de Barcelona se puso en marcha el pasado mas de mayo. Esta establece los condicionantes bajo los cuales los barcos pueden hacer determinadas operativas en el puerto con el objetivo de reducir su impacto ambiental. Según explicó la misma entidad en un comunicado, esta normativa reafirma que el Port de Barcelona es un puerto líder en el estado español y a Europa en la adopción de máximos en normativa ambiental. Además, la normativa recoge algunas indicaciones que son todavía más exigentes del que pide la ley medioambiental.