El Puerto de Barcelona continúa avanzando en su objetivo de minimizar las emisiones contaminantes derivadas del tráfico de cruceros en la capital catalana. En la primera reunión del año del Consejo para la Sostenibilidad de los Cruceros -una comisión integrada por diferentes administraciones, entidades y organismos relacionados con este sector- celebrada este viernes, la autoridad portuaria ha asegurado que el 22% de las embarcaciones de este tipo que hagan escala durante este 2024 en la ciudad estarán alimentadas por GNL, un combustible que permite eliminar las emisiones de óxidos de azufre (SOx) y las partículas en suspensión y que reduce hasta el 70% las de óxidos de nitrógeno y hasta un 20% las de CO₂, respecto a los combustibles tradicionales.
Así lo ha señalado hoy el presidente del Puerto, Lluís Salvadó, que también ha aprovechado este encuentro para hacer balance sobre el año pasado, destacando el cierre del muelle Barcelona Norte para la operativa de cruceros y ferris a principios de octubre, una medida que permite alejar cerca de tres kilómetros de las zonas urbanas hasta un total de 340 escalas anuales de barcos. Salvadó también ha recordado que ya se ha iniciado el proceso para licitar el primer sistema Onshore Power Supply (OPS) en una terminal de cruceros para suministrar energía de origen renovable a los barcos cuando estén amarrados, reduciendo así las emisiones.
Hoja de ruta para el futuro más inmediato
Hay que recordar que la previsión es que en los próximos meses el Puerto complete la licitación de la séptima y última terminal de cruceros que se instalará al muelle Adosado, así como la puesta en marcha de la nueva terminal que MSC Cruises ahora en construcción y el cierre de la terminal de cruceros Sur del muelle de Barcelona, que se hará plenamente efectivo de cara al año 2026. En todas estas actuaciones se destinarán cerca de 335 millones de euros, de los cuales 140 corresponden a la autoridad portuaria y el resto a inversores privados.