«A menudo nos hemos sentido presionados a asumir una digitalización para la cual no estamos preparados«. Este es el sentimiento de algunos de los comerciantes más pequeños que hay en Barcelona. La digitalización del pequeño comercio es un debate que el sector tiene que abordar, aunque ya avisan que se tiene que hacer con «prudencia» y conociendo las particularidades de las tiendas de barrio. Así lo ha remarcado el presidente de la Fundación Barcelona Comerç, Pròsper Puig, en una sesión de debate organizada este viernes en el salón BIZ Barcelona. «Digitalización sí, pero de acuerdo con nuestras necesidades y posibilidades», ha apuntado.
La digitalización puede ser una arma de doble filo para el pequeño comercio, aunque las principales patronales del sector están convencidas de que es un paso necesario. «Todo el mundo se espabiló rápidamente y, en poco menos de cuatro semanas, pasamos de tiendas que nunca habían utilizado ninguna herramienta ni estrategia de digitalización a comercios capaces de gestionar unos buenos digitales porque el consumidor lo exigía», ha remarcado Puig en el marco de este foro, haciendo valer los cambios que ya se han hecho.

Ir paso a paso
Desde Barcelona Comerç, que piden un paso más a las administraciones para que ayuden a la transformación de la pequeña economía, confían en el proyecto de la capitalidad europea del comercio de proximidad, una iniciativa impulsada desde Barcelona y que si nada se tuerce convertirá pronto la capital catalana en el punto neurálgico del pequeño comercio europeo. «La capitalidad nos puede ayudar a avanzar en esta digitalización. Es vital. A veces se nos llena la boca hablando de venta en línea, pero hay empresas que no tienen ni un teléfono o una tableta. Es un modesto primer paso, pero por aquí se empieza», admitía Pròsper Puig en una entrevista en el TOT Barcelona.
Otros expertos apuntan que la digitalización es un paso fundamental para que estos pequeños negocios puedan competir y creen que el comerciante tiene que «perder el miedo» a la digitalización. El fundador de Impento, David Millet, uno de los que ha participado de la mesa redonda, insistía en el término «prudencia», pero recalcaba que la transformación digital «requiere cambios de hábitos e incorporar herramientas que tenemos que conocer para no fracasar».
Aprovechar la digitalización sin cambiar los productos por ‘likes’
Otra de las ponentes, Aurora Depares, propietaria del primer videoclub inaugurado en el Estado en 1981, considera que adaptarse es la única alternativa a echar la toalla. «Nuestra apuesta ha sido mantener la proximidad en uso de las nuevas tecnologías que utilizan nuestros clientes; el whatsapp para pedidos, Bizum para pagos, las redes sociales para comunicar…». Un discurso, este, muy parecido al de Puig, que defiende que antes de lanzarse al comercio digital nadie hiciera pasos en otros aspectos más básicos.
«Muchas de las herramientas que aporta la transformación digital no son conocidas por el comerciante», advierte por su parte Genís Roca, consultor y especialista en desarrollo de negocio y cultura digital. Roca considera que la sociedad aboca a los pequeños comerciantes a hacer uso de estas herramientas de forma «urgente», pero que muchas veces son herramientas efímeras que desaparecen en poco tiempo. «El comercio de proximidad se tiene que mantener en su métrica y no cambiar productos vendidos por likes o seguidores, pero aprovechar las posibilidades que ofrece la digitalización para continuar marcando distancias», remarca el especialista.
La Fundación Barcelona Comerç ha organizado este viernes la sesión de debate ‘¿Quién ha dicho que la digitalización no es para el comercio local?’ para abordar las posibilidades que genera el ámbito digital en el pequeño comercio.