El turismo de negocios ha sido siempre un campo de batalla subterráneo entre Barcelona y Madrid. Ya en tiempos de Tierno Galván, Madrid quería competir con Barcelona –y en aquella época, también Bilbao– la hegemonía histórica en la organización de ferias y congresos. El equipo socialista que dirigía entonces Madrid quiso fortalecerse con la nueva IFEMA y provocó una competencia intensa que molestó a determinados sectores económicos catalanes. Más de cuarenta años después, Madrid ha intensificado su volumen de encuentros empresariales, sin ganarle, eso sí, la batalla a Barcelona.
Según un estudio del Instituto de Turismo de España, que depende del ministerio correspondiente, Barcelona acaparó 1,3 millones de turistas de negocios en 2024 (el 26,8% del total del Estado), tres puntos porcentuales más que una Madrid que se queda cerca con 1,16 millones, cifra que representa el 23,9% del total. La capital catalana también fue el principal destino del turismo de reuniones e incentivos (MICE, por sus siglas en inglés) en el Estado los años 2023 y 2024 con 577.243 viajeros.
Barcelona mantiene el liderazgo, consolidado antes de la pandemia. Ya entonces representaba el 26,5% de la cuota de mercado, cinco puntos más que Madrid y más de veinte respecto a Valencia, la tercera ciudad con más congresos del Estado. A pesar de ello, la cifra de turistas que vienen por negocios es ligeramente inferior a la que había antes de la pandemia. La capital catalana tenía unos 100.000 turistas de negocio más en 2019, lo que ejemplifica este ligero retroceso. En todo caso, no se trata de una caída de congresistas exclusiva de la ciudad catalana, sino de una dinámica generalizada en todas las ciudades del Estado. Madrid, por ejemplo, en 2019 tenía 150.000 visitantes más que ahora.

Perfil del turista de congresos
El turista de negocios se queda menos días que el turista que llega por ocio, pero gasta mucho más los días que está. Según este estudio, el gasto medio por viaje fue en 2024 de 1.457 euros y el gasto diario de 303 euros, el más alto registrado en toda la serie histórica. Esta cifra es un 56% más elevada que la que registra de media el turista de ocio.
En líneas generales, el congresista es más joven y se concentra entre febrero y mayo. Es más bien masculino y mucho más exigente en el alojamiento y los restaurantes. La gran mayoría vienen de países europeos y tienen estudios superiores y un nivel de renta medio-alto. Más allá de Barcelona y Madrid, Valencia, Sevilla y Bilbao han intensificado este tipo de turismo en los últimos años.
