El Ayuntamiento de Barcelona ha cerrado 2023 con un superávit de 51,2 millones de euros, ha informado este miércoles en rueda de prensa el teniente de alcaldía del área económica, Jordi Valls. Los tres anteriores ejercicios se habían cerrado con déficit por el sobreesfuerzo municipal por la crisis del Covid-19.
A pesar de ser 2023 un año electoral, la ejecución presupuestaria ha sido bastante elevada, del 92,2%, es decir, el gobierno de la ciudad ha dado salida a 3.337 millones, de los que 2.213 millones corresponden a gasto corriente (95,5%) y 584 a inversiones (78,5%). En los dos casos, el consistorio asegura que se trata de cifras récord.
El ahorro bruto, 534 millones
Por otro lado, el ahorro bruto presupuestario (la diferencia entre ingresos y gasto corriente) se mantiene estable, 534 millones, el 16,2%. La oscilación recomendada se sitúa entre el 15 y el 20%.

El consistorio ha cerrado el año con un endeudamiento de 1.012,9 millones, que representa un 30,7% del total de los ingresos corrientes, por debajo de lo que marca la Ley de Haciendas Locales. Valls ha afirmado que el endeudamiento se mantiene estable.
21,7 días de pago a los proveedores
El Ayuntamiento de Barcelona es una de las administraciones de todo el Estado que más rápidamente paga a sus proveedores. Desde que la factura entra en el registro municipal, el pago tiene lugar en 21,7 días, muy por debajo de los 30 que marca la ley. «Los indicadores muestran la voluntad de la administración municipal de contribuir, con su celeridad, a mantener la liquidez a las empresas y autónomos que trabajan con la administración».
En un futuro, el Ayuntamiento activará una acción comunicativa que busca mejorar la rendición de cuentas y el control democrático por parte de la ciudadanía de cómo se ha ejecutado el presupuesto. Esto se concretará en la publicación de un informe gráfico diseñado para hacer comprensible a los barceloneses los principales indicadores financieros y presupuestarios.