El Ayuntamiento de Barcelona quiere aprovechar las obras en la parte central de la Rambla para reducir el número de mesas de las terrazas que ocupan la vía y dar más espacio a los peatones. El consistorio ha anunciado que a principios de año iniciará el proceso de ordenación de la Rambla para reforzar su “identidad” y mejorar su “oferta comercial, cultural y de restauración”. Esta reorganización conllevará la liberación de 1.436 metros cuadrados y permitirá ganar un 33% de espacio para los peatones en el tramo central del paseo.
Las obras, que comenzarán el 19 de enero, afectan a la mayor parte del tramo central de la Rambla y obligará a retirar temporalmente algunas de estas terrazas. La responsable de Promoción Económica del Ayuntamiento, Raquel Gil, ha dado por hecho que esto supondrá reducir el número de mesas que hay actualmente, pero ha matizado que aún están negociando con Amics de la Rambla y el Gremi de Restauració la afectación concreta sobre los negocios.
El director general del Gremi de Restauració, Roger Pallerols, ha avanzado que hay un “preacuerdo”, pero que la entidad quiere terminar de cerrar los detalles antes de hacer una valoración más exhaustiva. Pallerols ha defendido que la reorganización «no necesariamente debe implicar una reducción de mesas y sillas», aunque poco después ha reconocido que las negociaciones van en esta dirección y trabajan para «minimizar el impacto en mesas y sillas» y hacer “compatible” el aumento de espacio con el mantenimiento de los negocios.
Actualmente, en la Rambla hay 62 bares y restaurantes, que en conjunto representan el 30% de los locales comerciales de la vía. La mitad tiene licencia de terraza y hasta ahora podían ocupar con diferentes autorizaciones espacios a ambos lados del tramo central y las aceras laterales. Con la nueva ordenación, las mesas deberán colocarse “exclusivamente” en el tramo central y deberán garantizar un espacio de paso de entre 8,5 y 9,6 metros de ancho dependiendo del tramo, prácticamente cuatro veces más que en la actualidad.
Una reducción obligada por la normativa vigente
De hecho, el propio consistorio reconoce que la reducción de terrazas se hará en “cumplimiento de la normativa vigente actual, que marca los criterios dentro de la Rambla para las ocupaciones con elementos urbanos, como las terrazas”. En concreto, la ordenanza determina que las terrazas deben “respetar unas distancias y separaciones que garanticen la comodidad y la seguridad de la ciudadanía, manteniendo libres los elementos de paso” las salidas de metro, los monumentos, jardineras, alcorques, puntos de señalización, alumbrado y vados. Además, el Ayuntamiento no descarta “actualizar” la imagen de las terrazas y por ello propondrá al Gremi de Restauració trabajar en la “definición de los elementos configuradores”.
Los operarios ya pusieron un pie en el tramo central de la Rambla que va desde plaza Catalunya hasta la calle de Santa Anna y Bonsuccés el pasado mes de noviembre y a principios del 2026 comenzarán los trabajos en diferentes fases entre Liceu y pla de l’Ós y hasta la calle Nou de la Rambla. En este primer tramo se han retirado las terrazas de tres locales y se reubicarán tres quioscos de venta de prensa de manera provisional, mientras que en el segundo tramo la afectación afecta a restaurantes, quioscos y paradas de floristas.
Según ha explicado el Ayuntamiento en un comunicado, el objetivo de la reorganización del paseo central es “configurar una Rambla más ordenada, diversificada y con más espacio de paso y de estancia una vez finalicen las obras”.
