Aena ha anunciado la construcción de una salida rápida en la pista transversal –llamada 02/20– del aeropuerto de Barcelona-El Prat para reducir las esperas de pasajeros y vuelos. Según ha explicado el operador aeroportuario, el objetivo es “reforzar la seguridad operacional, al tiempo que se mejora la eficiencia operativa y ambiental”, especialmente facilitaría «la configuración preferente de pistas durante la noche». No obstante, Aena ha matizado que la salida rápida no permitirá aumentar la capacidad operativa de El Prat, que está al límite de su capacidad operativa técnica, que los expertos sitúan en 55 millones de pasajeros, y está previsto que cierre el año 2025 con un tráfico superior a los 57 millones de viajes.
En el caso de los aviones, la salida rápida de la pista transversal les permitirá hacer menos maniobras, por lo que se reducirá el tiempo de rodaje y, de rebote, supondrá “un menor consumo de combustible y una reducción del impacto acústico”. En cuanto a los viajeros, verán una mejora de la “puntualidad” y se aumentará el “confort”, ya que se acortarán las esperas tanto en el aire como en tierra.
Las obras comenzarán a finales de 2026
Las obras se licitarán hacia el segundo trimestre de 2026 con la intención de que las máquinas se pongan en marcha a finales del próximo año. El proyecto tiene un presupuesto de unos 3,1 millones de euros y los trabajos durarán aproximadamente un año. Durante este tiempo, las obras obligarán a hacer algunos ajustes en la operativa de El Prat. En la primera fase, las obras “implicarán una reducción limitada de la capacidad del aeropuerto” y durante unos diez días el aeropuerto operará con una sola pista, de modo que se verán afectados unos 1.400 slots –cada una de las franjas horarias dedicadas al despegue y aterrizaje de aviones. Asimismo, una cuarentena de aviones tendrá que ajustar su carga porque tendrán que despegar por la pista más corta, la más cercana al mar.
Aena ha explicado que ya se ha coordinado con las compañías aéreas y con los organismos responsables de la asignación de los slots para adaptar la programación a “la capacidad real” del aeropuerto durante este tiempo. En las fases posteriores, la afectación en la operativa será “mucho menor” porque se cerrará la pista transversal “en ventanas de 16 horas durante 12 días, sin afectación a la capacidad del aeropuerto ni a la operación general”.
