Imagina acostarte en la cama de una habitación y ver crear una obra de arte desde cero. Tomarte un café o salir a fumar un cigarrillo, sabiendo que el artista está allí. Que puedes profundizar en su obra o tenerla de fondo. Es una sensación poco habitual que gana una buena dosis de caos si el protagonista es el artista Fernando Loyola. El argentino transforma el caos en posibilidad. Su pintura emerge de la intuición y no representa nada en concreto, simplemente provoca. El pintor genera incertidumbre con salidas artísticas irreverentes y música electrónica constante. Y la gente se engancha.

Esta sensación es la que ha buscado recrear esta semana la galería BETA Company en su primera colaboración con elEurostar Grand Marina Hotel de Barcelona. Decenas de personas, en turnos de veinte minutos, van pasando por la habitación en una experiencia inmersiva que tiene el arte y la cotidianidad como epicentro de la propuesta. Unos esperan en el sofá de la suite, algunos se sorprenden desde la cama. Hay quien incluso utiliza el espejo del baño para retocarse. Todos, en algún momento u otro, han sacado el móvil para grabar el caos.

Fernando Loyola en el Grand Marina Hotel de Barcelona / Gabriel G. Garrido

«En una habitación de hotel se abre una ventana en un momento de incertidumbre máxima o lo que provoca el arte son sensaciones», explican los impulsores de la iniciativa. El punto de partida son dos obras en blanco delante y un artista irreverente, que trabaja siguiendo los impulsos de la música. Fernando Loyola se seca las manos en la corbata, que combina con una camisa manchada y pantalones cortos. Más caos en la performance, que solo muestra lo que parece un intento de equilibrar la energía al final.

Concentrado en la pintura, rompe el equilibrio bailando. Y solo se dirige al público de la habitación en dos ocasiones. Al inicio, cuando aún no ha usado las manos, para agradecerles la asistencia. Y al final, más medido, para advertirles que el caos ha ido bien y que el final es «cuando la cago». El arte de Loyola vuelve al gesto como origen de la forma y acabará convirtiéndose en el director de la performance. El argentino marca el ritmo a base de pintura. Las primeras pinceladas son tímidas, las últimas acaban dibujando formas gruesas. Y el público lo sigue, rígido al principio y desfilando por la habitación al final, a la caza de diferentes perspectivas de una obra en marcha.

Fernando Loyola protagoniza un espectáculo innovador en el Grand Marina Hotel de Barcelona / Gabriel G. Garrido

Difuminar las líneas entre sectores

El grupo Eurostar Hotel Company destaca que esta colaboración intenta «difuminar las líneas» entre la industria turística y la cultural, ofrecer sensaciones diferentes a través de iniciativas pioneras dentro del sector. El Grupo Hotusa, propietario de la cadena hotelera Eurostars Hotel Company, resalta a su vez que esta iniciativa ayuda a dar visibilidad al «panorama artístico actual», en este caso, al pintor argentino. La apuesta se enmarca en una campaña para «apoyar la promoción de iniciativas artísticoculturales» y fortalecerlas como «elemento diferenciador» de la compañía. La iniciativa desplegada en el Grand Marina cuenta con la colaboración de la galería BETA, que nació en Berlín en 2020 y cuenta con una sede permanente en Barcelona. Con iniciativas como esta, refuerza su apuesta por exponer talento internacional en la capital catalana, con exposiciones innovadoras que aterrizan con fuerza en la ciudad.

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