«Lo he pasado muy mal con el restaurante. Ahora estamos de vacaciones. Participar en el programa fue una motivación para darle una vuelta y encontrar nuevos inversores. Pensamos abrir a mediados de octubre y mientras tanto prepararme como cocinero». Así resumía Oriol Vallet, el propietario y cocinero del Can Miserias, su estado de ánimo tras tomar la decisión de hacer una pausa temporal en la gestión de un restaurante centenario del barrio de Sant Antoni de Barcelona que participó en el Joc de Cartes de TV3 y obtuvo una puntuación inusualmente baja, un 3,1. Era agosto de 2023, y sobre el papel, era un cierre temporal. De hecho, a pesar de la mala puntuación, el Can Miserias despertó un gran apoyo popular, y también de Sílvia, concursante en nombre del restaurante Glaciar de la plaza Real, que se ofreció para ayudarles a relanzar su negocio. «¡No queremos hundir a nadie! A mí me habéis enamorado». Pero desde entonces, el restaurante fundado en 1921 y ubicado en el 106 de la calle del Comte Borrell, no ha vuelto a abrir. Y un cartel anuncia que el local está disponible para nuevos inversores.
En un primer momento, cuando la web del restaurante estaba activa se podía interpretar que se estaban preparando para una reapertura con un nuevo enfoque, pero finalmente, el cierre es definitivo y la inmobiliaria Laborde Marcet ya comercializa el local que ocupaba el Can Miserias. De hecho, el mismo propietario había reconocido que el negocio pasaba por un mal momento económico y que, de hecho, necesitarían un cocinero profesional. “Yo no soy cocinero, hago de cocinero desde hace cuatro meses”, explicó en verano de 2023. En total, había estado al frente del restaurante cinco años, desde 2018.
Un siglo de vida en Sant Antoni
El local comenzó en los años 20 del siglo XX como bodega de vino. Y poco a poco, se convirtió en un restaurante que durante décadas ha servido canelones, escalivadas, croquetas y otros platos del recetario tradicional. Ahora se acaba esta historia centenaria, sin que de momento haya pistas sobre cuál será el negocio que relevará al Can Miserias.
