La Ciudad de la Justicia de Barcelona es uno de los edificios de la capital catalana por donde pasan más personas durante el día, sea para ir a trabajar o porque está situado en una de las vías de salida de la ciudad más concurridas. ¿Pasamos a menudo, pero sabemos quién es el arquitecto de este enorme conjunto de edificios? Pues David Alan Chipperfield es el autor del complejo judicial, situado en la avenida Gran Vía de las Cortes Catalanas, y acaba de ganar el premio Pritzker 2023 que lo convierte en el mejor arquitecto del mundo.
Chipperfield concibió la Ciudad de la Justicia como un conjunto de ocho edificios conectados a través de un patio interior, el punto neurálgico de la justicia: «La composición del espacio pretende romper con la imagen de rigidez que tiene la justicia», afirma el arquitecto, que buscaba establecer un equilibrio entre las diferentes zonas de trabajo y los espacios públicos – representados en espacios verdes – cuando la diseñó entre el año 2003 y el 2009. Ahora bien, el que más llama la atención de este espacio mastodóntico es la uniformidad de los diferentes edificios: a pesar de estar pintados de diferentes colores, cada uno de los edificios que conforman la ciudad mantiene el mismo patrón a las fachadas. Un patrón que nos puede recordar a las rejas de una celda de cualquier prisión, una imagen que no desentona del todo con lo que representa el conjunto.
La Ciudad de la Justicia recibió el premio a «la excelencia arquitectónica» del Royal Institute of British Architects en 2010 que se otorga en aquellos edificios que «aportan valor por la vida de la gente», según el instituto británico.
Otras creaciones
El arquitecto británico se caracteriza por unas construcciones serenas y meditadas, que aunque tienen una aparente simplicidad estilística, transmiten un mensaje de tranquilidad. Es el autor otras grandes obras arquitectónicas en el Reino Unido como lo River Rowing Museum a Henley o The Hepworth, un museo que parece salido del río. Fuera de su país natal, Chipperfield también es el responsable del edificio Velas y Vientos de València, la Casa Corrubedo, en la Coruña, y varios edificios particulares de l’Hospitalet de Llobregat y Vilanova y la Geltrú.
