El retorno a los orígenes de las estaciones de la red del metro de Barcelona no será flor de un día. Después de que durante las últimas semanas los operarios de Transportes Metropolitanos de Barcelona (TMB) procedieran a retirar el falso techo que cubría los andenes de la estación de Urquinaona, dejando al descubierto el entramado de baldosas que presidía originalmente las diferentes paradas del recorrido cuando este fue inaugurado en el año 1926, la compañía ha decidido no reponerlo y dejar sin tapar estos últimos vestigios supervivientes de la red del subsuelo primigenia.
Fuentes de TMB consultadas por el TOT Barcelona han confirmado que, en el caso concreto de la estación de Urquinaona, no está previsto que se vuelva a colocar un falso techo. Las mismas voces añaden que esta tendencia se está repitiendo en los diversos puntos de la red en los cuales se está actuando, de forma que en general se está optando por no reponer esta especie de planchas que hasta ahora escondían la estructura original de los diferentes andenes.
Hay que recordar que el entramado de baldosas que ahora se puede observar en esta céntrica estación barcelonesa, ubicada bajo la Via Laietana entre las calles de Fontanella y de les Jonqueres, es el techo original que se construyó cuando se abrieron los túneles del Gran Metropolitano, la primera línea de ferrocarril metropolitano de la capital catalana que se inauguró el 30 de diciembre del 1924 y que este año celebra su primer siglo de historia. La estación de Urquinaona formaba parte de un antiguo ramal de este recorrido -precursor de la actual línea L3- que se puso en funcionamiento dos años después y que perteneció a este itinerario hasta el 1972, cuando se cerró el ramal y se reabrió un año después ya bajo la denominación de línea L4.

Actuaciones para contrarrestar un desgaste centenario?
Así pues, algunos de los techos originales que, o bien ya han quedado destapados o bien lo harán en las próximas semanas y meses a medida que avancen las actuaciones de los operarios en varios puntos de la red del metro de la capital catalana, tienen casi una trayectoria centenaria. A pesar de haber estado tapados en algunos casos durante décadas, estos techos presentan como en el caso de Urquinaona un aspecto desgastado y también tienen ciertas clapas que muestran las diferentes intervenciones que se han hecho a lo largo de los años para consolidar la estructura original.
Urquinaona
– Costado montaña: destruido cuando se ampliaron los andenes a ~90 m cuando se convirtió en L4, junto con el edículo.
– Costado mar: este mes se ha sacado el falso techo a la vía 1 y quedan 4 baldosas contadas, muy sucias. Faltará ver qué sale de sobre la vía 2. pic.twitter.com/ioeqggxk6e— Albert Guillaumes Marcero 🏳️🌈 (@albertgui) May 29, 2024
Teniendo en cuenta esta circunstancia, la posibilidad que estas baldosas requieran algún tipo de actuación de mantenimiento o simplemente de limpieza para poder ahora lucir al descubierto en su máximo esplendor gana enteros. A preguntas de este medio, desde TMB no precisan si hay alguna intervención prevista para consolidar o mejorar el aspecto de estos techos originales, que ahora dejarán de ser espejismos temporales de los orígenes de la red del metro para convertirse en la realidad de muchas estaciones barcelonesas.