La prisión de Trinitat Vella se derribará en 2026, a partir de abril, informó la regidora de Sant Andreu, Marta Villanueva, este lunes en el consejo de barrio. Según Villanueva, en 2025 se hará el proyecto ejecutivo y la intención es poder preservar elementos patrimoniales.
La fecha que dio el edil del PSC es aproximada, ya que la transformación del equipamiento va ligado a la construcción de la prisión en régimen abierto de la Zona Franca. Si se cumple el calendario, y no se producen nuevos atrasos, esta cárcel abrirá la primavera de 2026. Actualmente, en la prisión de Trinitat Vella quedan cerca de 400 internos, que están en régimen abierto, es decir, solo van a dormir.
Diferentes promociones de viviendas
La transformación del edificio de la prisión y sus alrededores preveía la construcción de unas 400 viviendas de protección oficial en diferentes fases, con la intención de que el espacio tenga una segunda vida. A finales de 2022, se inició la edificación de 41 pisos y en enero del 2024 se empezaron otros 53. Los primeros estarán listos el último trimestre de 2024, y los otros, el segundo trimestre de 2026, con unas inversiones de 12,1 y 8,2 millones, respectivamente para cada una de las promociones. Una vez se derribe la prisión, se harán otras 35 viviendas. Todas servirán para realojar a familias que ahora viven en el ámbito de la prisión en condiciones precarias. Al cierre de este articulo, el Ayuntamiento no había concretado cuando se levantarán los cerca de 300 restantes.
El proyecto de reforma ya hace tiempo que está sobre la mesa. En 2009, ya fue al suelo una parte de la prisión. Este lunes, Villanueva explicó que la intención es conservar una parte de la prisión, para recordar, a las generaciones futuras, que allí hubo un centro penitenciario, como se ha hecho con la Modelo, en el Eixample. En 2021, las asociaciones Trinidad Uneix y para la Recerca i Divulgació de la Memòria Històrica de Trinitat Vella plantearon preservar la fachada.
Prisión desde el año 1964
La prisión de Trinitat se inauguró en 1964, y durante su historia ha tenido varios usos: primero, para mujeres; después, para jóvenes; y, finalmente, como centro abierto. Desde 2009, está parcialmente derribada. Después del acuerdo del 2021 entre la Generalitat y el consistorio, para el traslado de las prisiones de Wad-Ras y de Trinitat Vella en la Zona Franca, los terrenos son propiedad del Ayuntamiento de Barcelona.
