El detalle de la Sagrada Familia demuestra que Antoni Gaudí diseñó una obra exacta en todos los aspectos. El arquitecto llenó las fachadas del templo de todo tipo de detalle, un hecho que demuestra su vocación cristiana, pero por dentro, en cambio, quiso plasmar una especie de bosque diáfano y aparentemente sencillo que invita a la reflexión. Y los vitrales de la fachada del nacimiento son de colores fríos, mientras que en la fachada de la pasión son de colores cálidos. Todo bien pensado. Tampoco la altura es arbitraria. En 2026, la Sagrada Familia alcanzará los 172,5 metros. Será el edificio en trama urbana más alto de la ciudad. Pero respetará la montaña de Montjuïc y Collserola.
Gaudí diseñó una obra de gran envergadura, pero se negó a hacerla más alta que cualquier obra creada por Dios. Escritos de 1914 de Martí Matlleu, secretario de la Junta Constructora del Templo Expiatorio de la Sagrada Familia, apuntan que Gaudí había fijado Montjuïc, que alcanza los 177 metros sobre el nivel del mar, como el tope de la Sagrada Familia. El templo ha tenido diferentes proyecciones, pero la decena de arquitectos que han seguido al maestro del modernismo han respetado su deseo.

Las 18 torres de la Sagrada Familia
La torre de Jesucristo, la que el próximo año alcanzará los 172,5 metros, está escoltada por cuatro torres más pequeñas, de 123 metros de altura, en referencia a los evangelistas Marcos, Lucas, Mateo y Juan. La vertical principal está sostenida sobre las cuatro columnas más altas del interior del templo, entre las entradas del nacimiento y la pasión. Es la más alta de las 18 torres que tendrá el templo cuando esté terminado, un hecho que le otorga una verticalidad única en Barcelona. Más allá de la torre de Jesucristo y las de los evangelistas, la Sagrada Familia también tiene una torre de 138 metros dedicada a la virgen María, y 12 torres, de entre 92 y 112 metros, que hacen referencia a los doce apóstoles.



