La estación de Urquinaona de la línea L4 del metro de Barcelona ha recuperado parte del esplendor de sus orígenes. Esta parada de la red del subsuelo de la capital catalana ya luce solo con el entramado de baldosas que presidía originalmente tanto estos dos andenes como todos los otros que conformaban este recorrido inaugurado el año 1926. Tal como ha podido comprobar el TOT Barcelona, los trabajos por retirar el falso techo que hasta ahora escondía la vuelta han concluido, dejando al descubierto la estructura que se construyó cuando se abrieron los túneles del Grande Metropolitano, la primera línea de ferrocarril metropolitano de la capital catalana que se inauguró el 30 de diciembre del 1924 y que este año celebra su primer siglo de historia.
Si no hay ningún contratiempo o cambio de criterio, este será el aspecto que lucirá a partir de ahora esta estación de la red barcelonesa. Según avanzó el TOT Barcelona el pasado mes de junio, TMB no prevé volver a colocar un falso techo en esta parada. Fuentes de la compañía consultadas por este medio, sin embargo, iban entonces más allá y apuntaban que esta tendencia se estaba repitiendo en los diversos puntos de la red en los cuales se estaba actuando, de forma que en general se estaba optando por no reponer esta especie de planchas que hasta ahora escondían la estructura original de los diferentes andenes.

La guinda del pastel
Con las baldosas al descubierto, ahora solo queda para averiguar qué parte del mural cerámico que decoraba los piñones de los andenes del lado mar ha sobrevivido en estos años de ostracismo. Para poderlo hacer, TMB tendría que impulsar algún tipo de actuación de mantenimiento y de restauración de la estructura, una inversión que de momento está en el aire. Tampoco parece que de momento haya prevista ningún tipo de actuación de limpieza tanto para el mural cerámico como para el techo original, que presenta un aspecto desgastado con bastantes clapas.
