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El museo barcelonés que esconde las cajas fuertes originales de un banco histórico

Barcelona, 1873. Un nuevo banco abre sus puertas en el corazón de la capital catalana, a solo unos metros de la Rambla. La Compañía General de Crédito El Comercio fundada por Ignasi Girona Agrafel inauguraba este año su sede en un edificio de nueva construcción erigido al final del entonces pasaje del Comerç. El proyecto llevaba la firma del maestro de obras Domènec Balet y Navidad, quien a su vez había recibido el encargo de construir este inmueble de planta baja por parte del empresario barcelonés Cristòfor Taltabull, padre del conocido compositor bautizado con el mismo nombre y apellido.

La entidad bancaria cambia de manos solo dos décadas después. El gerente del Crédito Mutuo Fabril y Mercantil, conocido popularmente como Caja Vilumara, Pablo Sadó Perez, encarga el año 1892 al mismo maestro de obras la realización de una remonta para ampliar la superficie de la finca y añadir toda una serie de elementos decorativos en la fachada con una balaustrada y la placa con el nombre de la entidad financiera. La Caixa Vilumara -que había iniciado su actividad el 1862- acaba siendo absorbida en 1914 por el Banco de Barcelona, que adquirió tanto sus acciones como el edificio del pasaje del Comerç donde estaba ubicada la sede central de la compañía.

Galería interior cubierta del edificio del actual Museo de la Cera / Web Oficial del Maestro de Obras Domènec Balet y Navidad
Galería interior cubierta del edificio del actual Museo de la Cera / Web Oficial del Maestro de Obras Domènec Balet y Navidad

Durante esta tercera etapa como entidad financiera, los responsables del inmueble encargaron al arquitecto Josep Oriol Mestre la realización de un segundo piso que completara la remonta ejecutada años antes, un proyecto que configura el aspecto exterior definitivo que presenta el edificio actualmente. Con la quiebra del banco en 1922, estas instalaciones pasaron a ser la sede de la entidad Crédito y Docks, que compró la finca por 150.000 pesetas y se estableció hasta el 1969.

La antigua sala de juntas de los diferentes bancos que ocuparon el edificio del actual Museo de la Cera / Web Oficial del Maestro de Obras Domènec Balet y Navidad
La antigua sala de juntas de los diferentes bancos que ocuparon el edificio del actual Museo de la Cera / Web Oficial del Maestro de Obras Domènec Balet y Navidad

Un escenario victoriano ideal para el Museo de Cera

Cuatro años después, una vez con la entidad bancaria ya disuelta y el edificio en desuso, el arquitecto y escenógrafo Enrique Alarcón se fijó en el inmueble y, convencido que era la ubicación idónea por su aspecto turbio y misterioso que recordaba al de las calles londinenses de la época victoriana, decidió recavar apoyos para reconvertirlo en el Museo de Cera de Barcelona. Este equipamiento abrió finalmente sus puertas en el año 1973, habilitando muchos de los espacios que solo unos años antes habían acogido las dependencias de la entidad bancaria.

Fachada principal del Museo de la Cera de Barcelona en una imagen de archivo / Museo de la Cera
Fachada principal del Museo de la Cera de Barcelona en una imagen de archivo / Museo de la Cera

Entre los lugares del edificio que se conservaron con su aspecto original destaca la sala donde había ubicadas las antiguas cajas fuertes del banco, que todavía hoy en día se pueden visitar en uno de los puntos finales del recorrido por el museo barcelonés. Eso sí, completando la escenografía de este espacio, el visitante encontrará la representación de un atraco que antiguamente respondía al más puro estilo Bonnie and Clyde y que en los últimos años se ha sustituido por los personajes de la serie de éxito La Casa de Papel.

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