“Ni juicio ni sentencia”. Gabriel Gómez se encarga de dejarlo claro cada vez que alguien le pregunta por la presencia de su padre, Helios Gómez, en la prisión de la Model a mediados del siglo pasado. Su progenitor fue dibujante, poeta y activista y una de las muchas voces disonantes con el régimen franquista que acabaron encarceladas por motivos políticos. Durante su última estancia en las instalaciones de la Nova Esquerra de l’Eixample entre los años 1948 y 1954, Gómez recibió el encargo por parte del sacerdote del centro, el mercedario Bienvenido Lahoz, de convertir la primera de las celdas destinadas a los presos condenados a muerte en un oratorio. A pesar de las reticencias iniciales, terminó aceptando la propuesta, pero se aseguró de dejar su toque personal a través de las pinturas al óleo que revestirían las paredes y el techo de la diminuta habitación. Así nació la llamada capilla gitana de la Model, que este jueves ha vuelto a ver la luz después de casi tres décadas oculta.
Aunque alguna parte de la obra del preso ya había sido repintada varias veces -concretamente más de ocho- durante las décadas posteriores a su ejecución, el toque de gracia que terminó condenando al ostracismo la capilla tuvo lugar en el año 1998, cuando la entonces consejera de Justicia, Núria de Gispert, acordó con el director de la prisión tapar completamente las pinturas alegando motivos de higiene. La decisión ya levantó mucha polvareda en su momento, pero no ha sido hasta 27 años después que por fin se ha podido recuperar la obra, que vuelve a ser visible tras un complejo proceso de restauración que comenzó a finales de 2024. Tras las primeras prospecciones y análisis preliminares, que determinaron en qué puntos había pintura y se podía llegar hasta la capa original, se inició una segunda fase sobre el terreno que se ha alargado unos seis meses y que ha consistido principalmente en el descubrimiento de la obra con la retirada de las capas superficiales.

La directora del Centro de Restauración de Bienes Muebles de la Generalitat de Catalunya (CRBMC), Mireia Mestres, ha reconocido que este ha sido un proceso «lentísimo» y mucho más dificultoso de lo que esperaban inicialmente, ya que ha requerido la utilización de diversas técnicas como la aplicación de disolventes acuosos para poder retirar de manera quirúrgica cada milímetro de pintura sobrante. El resultado, sin embargo, ha terminado sorprendiendo incluso a los mismos técnicos, que no esperaban poder recuperar en tan buenas condiciones las figuras dibujadas por Gómez hace ocho décadas. La previsión es que esta fase de descubrimiento se reanude en septiembre y se alargue hasta finales de año. Una vez completada, se iniciarán las tareas de restauración de la obra y después se procederá a su museización, un último paso que correrá a cargo del Ayuntamiento de Barcelona.