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Estas son las dos fuentes más antiguas de Barcelona

Barcelona es una ciudad con un patrimonio inacabable. Pero más allá de grandes monumentos conocidos internacionalmente, cada rincón de la ciudad esconde auténticos tesoros. Un ejemplo son las fuentes, tanto las ornamentales como las de serie, que explican la evolución de la vida en sociedad y la calidad de vida de los barceloneses a lo largo de los siglos. Ahora nos fijamos en las que se consideran las dos fuentes más antiguas de la ciudad, ambas ubicadas al barrio Gótico.

Font de Santa Anna: 1356

Se construyó el 1356 y está ubicada al inicio de la calle Cucurulla. En origen se conoció como la fuente de Moranta y, después, como la fuente de Santa Anna. Esta emblemática fuente tiene cinco cuerpos y el mosaico de cerámica ornamental, posterior, es obra de Josep Aragay. Siguiendo abajo, la calle Cucurulla se enlaza con la de Portaferrissa, al final del cual encontramos otra fuente emblemática, de 1680, decorada con baldosas del ceramista Joan Baptista Guivernau.

Font de Santa Anna

Font de la plaça de Sant Just: 1367 según los historiadores

Ubicada en la plaza de Sant Just, creando una esquina con las calles Lledó y Palma de Sant Jus t y ante la Basílica dels Sants Màrtirs Just i Pastor del barri Gòtic, hay un gran tesoro que fue declarado bien cultural de interés local. Se trata de una fuente que, según la investigación de varios historiadores, es la más antigua de Barcelona. En concreto, habría sido construida hacia el 1367. La fuente de Sant Just se habría construido para homenajear -según la leyenda- a Joan Fiveller, que mientras cazaba en la sierra de Collserola, habría descubierto un manantial de agua. En sus inicios, la fuente tenía tres manantiales de bronce que salían directamente del muro de piedra. A cada lado de estos manantiales, tres jefes humanos.

Estado actual de la fuente, después de la reforma de 1831
Estado actual de la fuente, después de la reforma de 1831

La fuente gótica sufrió una reforma en 1831, que le dio un toque neoclásico y el aspecto actual. La reforma se hizo para resolver la prohibición de tener necrópolis en la ciudad, y es que hasta entonces la fuente estaba junto al cementerio parroquial que la iglesia tenía en la plaza. Por lo tanto, se restauró la fuente aprovechando que se ponía una balaustrada de tierra cocida. Actualmente, se conservan los tres jefes humanos, pero en vez de tres manantiales hay dos. También se conservan los dos escudos, el del rey y el de la ciudad, y también relevos de un halcón atrapando una perdiz.

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