Una farmacia de Barcelona esconde un secreto de su pasado modernista. Se trata de la antigua farmacia Boatella, actualmente Hernández de la Rosa. El establecimiento se encuentra en la Rambla, 38, en el barrio Gòtic, y es una auténtica joya perfectamente conservada, con dos mosaicos de principios del siglo XX. Según el Ayuntamiento, están hechos con teselas de cerámica esmaltada de forma cuadrangular.
El comercio está justo al lado del Ale-hop, una tienda de regalos y otros accesorios que tiene en el fondo una gran sala con un techo modernista, con tres grandes vitrales. Es del antiguo Gran Café Nacional, perteneciente al Hotel Cuatro Naciones, que se inauguró en 1907. La obra de arte apareció a inicios del siglo XXI, cuando el local era una entidad bancaria del BBVA, y cayó un falso techo durante unas obras.

Reforma de 1900
Los mosaicos, situados a ambos lados del interior de la farmacia, sobre las estanterías con medicamentos y otros productos, forman parte de la reforma que se hizo en el comercio hacia 1900. El doctor José Boatella Tubau encargó una remodelación al arquitecto Antoni Serrallach y contó con otros artistas de la época, como el vidriero Antoni Rigalt y el escultor Alfons Juyol, a pesar de que los mosaicos son obra del genovés Mauro Maragliano. Representan «una cenefa vegetal con hojas de acanto de color verde y flores amarillas y rosas sobre fondo azul claro, con una banda de color rosa delineado de moratón con puntos rojos», explica el Servicio de Arqueología de Barcelona.

Cuando se hizo la reforma, hace más de 100 años, se renovó totalmente la fachada del edificio, explicó entonces

Una cámara acorazada, en el paseo de Gracia
Barcelona tiene numerosos establecimientos con detalles artísticos o de otro tipo de su pasado, especialmente en Ciutat Vella. Hace unas semanas, el TOT Barcelona publicó que la tienda Stradivarius del paseo de Gràcia tiene en el subsuelo una gran cámara acorazada, con pequeñas cajas de alquiler, de cuando el negocio era un banco.