Bajo la Rambla, hay una estación de metro bastante desconocida que solo funcionó durante 22 años. Se trata de la parada de Fernando, el nombre oficial, o Ferran, según la denominación utilizada por Transports Metropolitans de Barcelona (TMB). La estación se construyó entre la calle de Ferran y el Pla de la Boqueria y se inauguró el 15 de abril de 1946. Esta semana ha hecho 78 años, ha recordado el perfil Històries de Barcelona en la red X.
La instalación tiene su origen en la prolongación de la línea I del Gran Metropolità de Barcelona, que entonces funcionaba entre Lesseps y Liceu, recuerda TMB. Para su construcción, se aprovechó el túnel de maniobras de la parada de Liceu. La puesta en marcha se hizo en pocos meses. Las obras de la estación empezaron el 26 de noviembre de 1945 y menos de cinco meses después entró en funcionamiento, «con mucha discreción y sin ningún acto público». Solo un pequeño anuncio en la prensa de la época informó del estreno de la nueva parada, que disponía de «dos bancos largos longitudinales de madera» y un pavimento «cubierto con las mismas losas utilizadas en las aceras de las calles de la ciudad», según TMB.

61 metros de andén y un único vestíbulo
La estación contaba con una sola vía y 61 metros de andén y un único vestíbulo y acceso, en la confluencia de la Rambla con la calle de Ferran. La parada estaba a solo 145 metros de la de Liceu y dos décadas después, este hecho, jugó en su contra y propició el cierre. En los años 60, explicó TMB en 2018, cuando se cumplieron 50 años del cierre, la fusión del Gran Metropolità y del Ferrocarril Transversal y la municipalización del servicio, desembocó en una renovación y ampliación de este tramo del metro, «ya rebautizado con la denominación de línea III», porque túneles y estaciones habían quedado desfasados.
Una de las primeras actuaciones fue alargar la actual L3 hasta el final de la Rambla, donde ahora está la parada de Drassanes. El tramo entre Liceu y Drassanes se inauguró el 14 de diciembre de 1968. El 1 de marzo de aquel mismo año había cerrado la estación de Fernando en medio de las críticas de los usuarios, ya que se trataba de unas instalaciones muy utilizadas, que enviaron numerosas cartas a la compañía y al Ayuntamiento, que consideraron que las estaciones del Liceu y Fernando «se encabalgaban».
No queda prácticamente nada
Los convoyes que circulan en la actualidad por la L3, entre Liceu y Drassanes, pasan por la antigua estación de Fernando, pero no se ve nada. De hecho, la parada, a diferencia de otras estaciones fantasma, no es visitable y no tiene ningún uso, y como se puede ver en el post publicado por Històries de Barcelona, con imágenes compartidas por El Llop, no queda prácticamente nada.
La red del metro de la ciudad cuenta con otras estaciones fantasma, en un estado de construcción bastante mejor. Una de las más conocidas es la de Correus, que fue restaurada en 2023. Se limpió, se cambiaron algunos de los elementos que estaban deteriorados y se instalaron unas protecciones de metacrilato que protegen los antiguos anuncios. Se encuentra al final de vía Laietana, en el tramo actual de la L4 entre Jaume I y Barceloneta. Por su parte, la de Gaudí, en la L5, entre Sagrada Família y Dos de Maig, está totalmente construida, pero nunca entró en funcionamiento por un cambio de proyecto. TMB la utiliza para usos diferentes y dependencias, así como de soporte publicitario.